La historia de ‘Res’, el perro que llegó a bordo de una patera a Cádiz capital y que le robó el corazón a Fernando Galindo García, inspector de la Policía Nacional, que trabaja de noche como coordinador de Servicios de la Comisaría Provincial, ha dado un nuevo vuelco.
Lo ocurrido es digno de una película. Estaba muy preocupado, no sabía qué había pasado con su perro... hasta que lo vimos en internet y supimos que estaba vivo y que lo tenía un policíaCabe recordar que el inspector Galindo lo recogió, en la madrugada del pasado 18 de octubre, cuando el animal llegó a Puerto América a bordo de la embarcación de Salvamento Marítimo que había rescatado a las 26 personas que iban también a bordo de una patera frente a la costa de Cádiz. Entre estas personas también viajaba el dueño de ‘Res’.
Galindo, tras realizar todas las gestiones posibles para dar una solución de acogida al perro y no encontrarla, decidió hacerse cargo de ‘Res’ porque sencillamente se había “enamorado” de él. Desde ese momento lo ha estado cuidando, alimentando y llevándolo al veterinario. Además ha luchado con uñas y dientes para evitar que se cumpliera el protocolo que conllevaba seis meses de cuarentena y su posterior sacrificio debido a que en el norte de África, de donde provenía el animal, aún no se ha erradicado la rabia, algo que sí ha ocurrido aquí en Europa.
Tras pasar la responsabilidad a manos de la Delegación Territorial de Agricultura de la Junta, logró evitar que se le realizase la eutanasia a ‘Res’, aunque “eso jamás lo hubiera permitido aunque hubiese que tener que llamar al propio Rey”. Luego supo que lo más seguro es que el Ayuntamiento de Cádiz debía hacerse cargo de la cuarentena de seis meses, lo que tampoco era de su agrado porque tendría que haber ido a la perrera sin vacunar.
Galindo insistió en hacerse cargo de ‘Res (CATADO)’ y finalmente el pasado viernes, tras la publicación en exclusiva en este medio de la historia del perro que llegó en patera y enamoró al inspector de policía, desde la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta, se le comunicó que aceptaban su petición de quedarse con el animal, para lo cual tuvo que firmar una declaración responsable de tenencia y observación en domicilio del mismo al ser un perro “procedente de una zona endémica de rabia”.
Pero la historia, como hemos comentado, ha dado un nuevo y maravilloso vuelco. Tras la aparición de la noticia en redes, una vecina del joven de 21 años que trajo el perro en la patera con la que alcanzó la costa gaditana, se puso en contacto con el inspector Galindo para darles las gracias por salvar a la mascota, la cual al parecer cuenta con cartilla veterinaria.
El joven, de nombre Yassin, es natural de El Aaiún, en francés, Laâyoune, aunque se trasladó hasta El Yadida (El Jadida), donde era vecino de Halima, la cual le considera como “mi sobrino”.
Halima, que vive en la Costa del Sol, en Málaga, nos cuenta que su ‘sobrino’ desde niño era un amante de los perros. Así que cuando quiso venirse a Europa, “para lo cual pagó hasta 8.000 euros”, no quiso montarse en la patera sin “Óscar, que es como se llama el perro... de hecho, lo único que se trajo fueron los papeles del animal, aunque en el transcurso de la travesía de más de 36 horas se mojaron”. En esos papeles estaba la cartilla de vacunación, entre ellas contra la rabia, aunque deben ponerle una segunda dosis este cinco de noviembre.
“Lo ocurrido es digno de una película”, señala Halima. Ella se puso en contacto con Yassin una vez que supo que había llegado a España. “Estaba muy preocupado, no sabía qué había pasado con su perro... hasta que lo vimos en internet y supimos que estaba vivo y que lo tenía un policía”.
Halima quiera agradecer “en mi nombre y en el de Yassin lo que ha hecho Fernando porque ha salvado” a un perro cuyo padre, Pato, y abuelo, César, han formado parte de la familia del joven que lo trajo en patera y que durante varios días “perdió la esperanza” de volver a verlo con vida.
Ahora Yassin está en un centro en Chiclana. La idea es trasladarse a Girona, en Cataluña, donde le esperan sus familiares. Por ahora no cree que vaya a reclamarlo porque como explica Halima “debe centrarse en reconstruir su vida, mientras que en mi caso no puedo hacerme cargo del perro”. De hecho, espera y desea que el inspector Galindo se quedé con él, aunque no descartan visitarlo de vez en cuando.
En este sentido, el inspector acordó por escrito con la Junta quedarse el animal con la obligación de sacar a pasear, dos veces al día, a este perro mestizo, cruce con American Standford, de unos tres meses de edad, con bozal y correa, sin interactuar con otros animales, ni con otras personas, en la zona donde vive y jamás fuera de Cádiz.
Además debe colaborar con los Servicios Veterinarios Oficiales para cualquier inspección, a los que deberá avisar también de la aparición de cualquier signo de enfermedad. Y en este caso, debería aceptar la eutanasia del animal si aparecen síntomas de la rabia. Por último, no puede ceder el animal hasta que haya pasado este periodo de seis meses de aislamiento.
Galindo, tras hablar con Yassín, que es el dueño de ‘Res’ (ahora ‘Óscar’), y con Halima, a través de una videoconferencia, insiste en lo que ya nos comentó en la primera crónica, “si lo quiere, se lo entregaré, aunque sea con todo el dolor de mi corazón...”. Feliz también de saber que cuenta con las pautas de vacunación, la idea ahora es regularizar al animal y propiciar que se produzca un reencuentro con el dueño original... y a partir de ahí, entre todos decidir qué deparará el futuro de este perro que llegó en patera hasta Cádiz capital.