La Policía Nacional ha intervenido 153.000 pastillas de éxtasis (MDMA), el mayor alijo de esta droga incautado de los últimos años en la provincia de Alicante, y ha detenido a ocho presuntos miembros de una trama de narcotráfico a gran escala, tras destapar en una primera fase una red de ocupación de viviendas.
Este entramado criminal, cuya principal actividad era el tráfico de drogas trasnacional, robaba con violencia o con fuerza sustancias estupefacientes a otros traficantes ('vuelcos') para comerciar posteriormente con ellas, según ha informado este martes la Policía Nacional en un comunicado.
Entre los arrestados se encuentra el presunto cabecilla del grupo y, además de las 153.000 pastillas de éxtasis (MDMA), los agentes han incautado 419 gramos de heroína, 600 gramos de cocaína en roca, un plantación con 32 plantas de marihuana, 270 gramos de hachís, 30.200 euros en efectivo y dos vehículos, en tres registros domiciliarios en las localidades alicantinas de Ibi, Aspe y Novelda.
También han aprehendido un arma corta del calibre 7,65 y diversos dispositivos GPS de balizamiento que supuestamente empleaban los sospechosos para perpetrar los robos de la droga.
El líder de la trama es "un peligroso delincuente de un clan familiar" que tenía relaciones con "otras redes internacionales dedicadas al narcotráfico, con conexiones en Holanda y norte de África", según fuentes policiales.
Además, utilizaba la información obtenida de otras organizaciones criminales con las que operaba para robarles posteriormente la droga.
Las investigaciones comenzaron a finales del verano como continuación de una operación contra redes de ocupaciones de viviendas.
Esta operación anterior terminó con la detención de siete personas como componentes de un entramado formado por ciudadanos de origen árabe y español que se dedicaban presuntamente a forzar viviendas y allanarlas para después realquilarlas a familias con pocos recursos económicos por elevados precios que llegaban hasta los 3.000 euros.
Sin embargo, esta actividad era la punta del iceberg que ocultaba otra aún más compleja.
Así, la Policía Nacional descubrió que este entramado se ramificaba hacia otros ámbitos de delincuencia más peligrosos, siendo el tráfico de drogas trasnacional su principal actividad.
Dada la envergadura de la operación, se requirieron amplios medios policiales, tanto técnicos como humanos, así como la colaboración del GRECO Levante como unidad de la Comisaría General de Policía Judicial a nivel central, para llevar a cabo la desarticulación de esta trama de narcotraficantes.
El responsable de esta organización criminal aprovechaba la información que obtenía durante sus ilícitas transacciones con otras redes de traficantes para filtrarla a un segundo escalón del entramado, liderado por un hombre de origen magrebí.
Los integrantes de dicho escalón se dedicaban a robar con violencia o con fuerza la droga a estas redes en los lugares donde la ocultaban, para después comerciar con ella.
Según las mismas fuentes, estas sustracciones normalmente eran ejecutadas con gran violencia, usando para ello incluso armas de fuego, además de armas blancas prohibidas, como, por ejemplo, machetes de grandes dimensiones.
Después de apropiarse del alijo, se obligaba bajo graves coacciones al componente de un tercer escalón a guardar en su domicilio toda la sustancia estupefaciente mientras se comerciaba con ella, siendo este el punto de conexión con el allanamiento y ocupación de las viviendas, puesto que las empleaban para ocultar o 'dormir' la droga robada.