El jefe del Ejecutivo italiano así lo manifestó durante una rueda de prensa tras una reunión del Consejo de Ministros, que ayer se celebró en la ciudad sureña de Reggio Calabria y durante la que el Gobierno aprobó un plan anti-mafia.
Berlusconi destacó la importancia de la lucha contra la inmigración ilegal que llega a las costas de Europa, al tiempo que pidió que la UE asuma parte de los costes que supone frenar este fenómeno.
En 2009 llegaron a las costas italianas 9.573 inmigrantes ilegales, frente a los 36.951 del año anterior.