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Sanchidrián: "Nunca se debe de cortar un jamón a menos de 24 grados de temperatura"

El Embajador Mundial del Jamón Ibérico presidio este lunes la entrega de la II Cruz de Oro al Mérito Gastronómico a Raquel Acosta y Gerardo Oter

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La Venta de Vargas ha acogido este lunes la entrega de la II Cruz de Oro al Mérito Gastronómico que han recibido la cortadora Raquel Acosta y el hostelero Gerardo Oter recibirán la II Cruz de Oro al Mérito Gastronómico de manos de Florencio Sanchidrián, Embajador Mundial del Jamón Ibérico, y que han contado con la colaboración de Asihtur.

Triunfadora en un mundo de hombres, se ha premiado a Raquel Acosta por ser una pionera. “A pesar de su juventud, su trayectoria ha puesto en valor a la mujer en una profesión tradicionalmente masculina”, subraya Florencio Sanchidrián, único cortador Marca España. Subcampeona del Salón Internacional del Gourmet, esta burgalesa de 27 años empieza a cortar en 2013 en la tienda Nobleza Charra de Salamanca. Tras un intenso periplo entre Ibiza y Madrid, hizo realidad su sueño y creó su propia empresa de cortadoras. Actualmente da trabajo a ocho mujeres.

Por otro lado, este año se cumplen el 50 aniversario de la apertura de Asador Gerardo, el más antiguo de los 25 restaurantes que regenta en la ciudad de Madrid, Gerardo Oter, fundador del Grupo Oter. Entre ellos, marcas tan reconocidas como El barril (once sucursales), Teitu y La leñera. Más allá del tamaño, la Cruz de Oro premia los pilares del imperio: producto de calidad y servicio eficaz. “La base inmutable de la cocina tradicional”, remarca Manuel de los Ríos, gastrónomo miembro del jurado.  

Florencio Sanchidrían afirmaba, tras la entrega, que “yo tuve la suerte de hacer una cata en París patrocinada por una prestigiosa bodega de champagne y el jamón quedó el producto gourmet número uno del mundo, junto con el caviar y la trufa. Yo creo que hablar de jamón ibérico es hablar de campo, naturaleza, dehesa y libertad. En el jamón ibérico hay mucha cultura fruto de ese cerdo que se ha criado en libertad, que ha disfrutado del silencio y se ha recorrido cientos de kilómetros, incluso se ha echado una siesta y no le ha molestado nadie. Pienso que cuando ese jamón sale al mercado después de cuatro años merece expresar de dónde viene, dónde está y en qué condiciones debe de ir. Para una degustación cata de jamón hay cuatro pilares que le sostienen y que son el color, el sabor, la textura y los aromas, pero para que esos cuatro puntos estén en su estado puro hay una base fundamental que es cortar el jamón a la temperatura adecuada, nunca se debe de cortar a menos de 24 grados. Por eso es aquí en Andalucía donde se degusta el mejor jamón ibérico del mundo, debido al arte y la temperatura”.

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