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España

Torremolinos y la Semana Santa (II)

Torremolinos no es sólo turismo, fiesta, deportes, playa y sol. Es también arte, cultura, crisol de civilizaciones. En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

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Que el pueblo de Torremolinos siempre se ha mantenido fiel a sus tradiciones religiosas, es incuestionable. Significativa es la denominación de "El Calvario" para la popular barriada de Torremolinos. Se debe a que, según recoge el escritor Jose María Souvirón en su novela "Cristo en Torremolinos", en tiempos pasados el pueblo realizaba, con ocasión de la Semana Santa, un solemne Via Crucis que, partiendo de la actual Plaza Costa del Sol, subía por las calles hoy conocidas como María Barrabino, doctores Ubaldo Delgado, Europa y Rafael Quintana Rosado, hasta alcanzar la cumbre donde se levanta el Ayuntamiento. Cada una de las estaciones del original Via Crucis estaba señalada por una hornacina en cuyo interior se alojaba un Cristo crucificado. De ellas únicamente ha quedado como memoria la hornacina conservada en el muro de la casa de María Barrabino, en la calle del mismo nombre.
Llamativo es, en lo que atañe al fervor popular, el gran Cristo de Dalí pintado sobre la pared del edificio que hace esquina con la calle de los Doctores Ubaldo Delgado y la avenida Isabel Manoja. Al llegar la Semana Santa, la gigantesca obra pictórica cobra vida por sí misma. El paso de los tronos procesionales, que descienden por la cuesta de El Calvario a hombros de dos centenares de cofrades, acentúa su elocuencia. En la noche del Martes protagonizan el descenso, desde la Parroquia de Cristo Resucitado, los pasos de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima del Calvario. El Viernes Santo lo hacen las procesiones de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, a su regreso al templo Madre del Buen Consejo, del que partieron. Previamente, el Domingo de Ramos, que abre el ciclo de procesiones, derrama sus notas alegres por el camino la procesión de "La Pollinica", de la que los niños del municipio, candidez entre palmas, son estrellas.
Buena parte del numeroso público asistente a las procesiones lo conforman visitantes españoles y de otras nacionalidades, que aprovechan estos días para disfrutar del clima idóneo de Torremolinos. El libro "Nuevo Torremolinos", editado por el Ayuntamiento, se expresa con persuasiva concisión en lo que respecta a la tradicional devoción del pueblo, simultaneada por la espectacularidad que revisten las procesiones de cara al visitante, cuando recoge: "Los sucesivos desfiles procesionales ofrecen instantáneas de gran belleza y simbolismo, representativas de la importancia que tiene en Torremolinos la Semana Santa como expresión de fervor popular y como atractivo turístico de primer orden". De igual manera expone que la Semana Santa en Torremolinos tiene "un protagonismo relevante y un profundo arraigo", y añade con justa razón que las tradicionales procesiones del municipio "concitan cada año mayor interés y seguimiento popular".
Unos diez días antes de la Semana Santa tienen lugar en las Parroquias Madre del Buen Consejo y Cristo Resucitado los respectivos pregones de las cofradías residentes en uno y otro templo. En este año 2010 han sido los pregoneros: por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima del Calvario, afianzada en la iglesia de Cristo Resucitado, el capataz de Trono D. Alejandro Quijada Navarro, que en su disertación alentó a los jóvenes a "vivir el mundo cofrade y a contribuir a la permanencia de la Semana Santa". Por la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, en la iglesia Madre del Buen Consejo, ofreció su pregón D. Juan Carlos Morente Briginal, jefe de protocolo de la Cofradía y director del taller de bordado en oro. La Cofradía asentada en el templo Madre del Buen Consejo es la más veterana del municipio y se fundó 1924, meses antes de que Torremolinos dejara de ser pueblo y se convirtiera en una barriada de Málaga.
Una importante contribución al ambiente de piadoso recogimiento que en estos días vive Torremolinos es la Muestra de Miniaturas de Semana Santa, instalada en el Ayuntamiento. Reproduce en miniatura las procesiones de Semana Santa de Málaga, con los tronos de las diferentes cofradías y los edificios más emblemáticos del centro histórico. Se trata de la mayor colección de estas características existente en Andalucía. Fue creada por el óptico malagueño D. Eloy Entrambasaguas y la conservación y exposición de este artístico patrimonio corre a cargo de un equipo de personas que desinteresadamente se ofrecieron a ello.
El broche sonoro de la Semana Santa lo pone en el municipio el Concurso de Saetas "Ciudad de Torremolinos", organizado por la Peña Flamenca Amigos del Arte y patrocinado por el propio Ayuntamiento de Torremolinos. A tan singular certamen, que cada año genera mayor expectación, acuden cantaores de toda Andalucía. Ciertamente, y es maravilla y sorpresa del forastero, el pueblo de Torremolinos vive intensamente, como no muchos lo hacen, su tradicional Semana Santa.

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