Cuatro árabes-israelíes fueron asesinados en tiroteos separados ayer, uno de los días más mortíferos este 2023, cuando ya han muerto 121 miembros de la comunidad árabe de Israel en lo que va de año, más que en todo 2022.
Los tiroteos comenzaron en Kafr Qara con el asesinato de Alaa Knaanah, de 30 años, residente en Haifa; luego Amir Wani, de 39 años, fue asesinado a tiros en Shfaram; Yosef Abu Halel, de 54 años, recibió un disparo en Ara, y en Nazaret, Abd Al-Kader Ouaisi, de 23 años, también fue asesinado en un tiroteo dirigido a él.
Según la investigación preliminar de la Policía israelí, todas las muertes están relacionadas con el crimen organizado dentro de la comunidad árabe, que representa el 21 % de la población de Israel y que vive una ola de violencia sin precedentes.
La cifra de 121 asesinatos de este año -109 de ellos a tiros- supera el total de 2022, cuando murieron 116 árabes en Israel en circunstancias violentas, y se acerca al récord histórico de 2021, cuando fueron 126, según el recuento de la organización Iniciativas de Abraham, que aboga por la igualdad y la convivencia de etnias y religiones en el país.
La policía cree que Ouaisi, el último muerto de ayer, fue asesinado como parte de una disputa entre dos clanes por la tierra que ya ha costado la vida de varias personas en Nazaret. Ouaisi era sobrino del vicealcalde de esa ciudad, Mahmud Ouiasi, cuyo hijo fue también asesinado a tiros a principios de este año.
Según Iniciativas de Abraham, el 75 % de los asesinatos en la comunidad árabe emanan del crimen organizado, mientras que el resto se atribuye a enemistades de sangre, disputas entre clanes familiares, o feminicidios que involucran a miembros de la familia.
Las autoridades israelíes no han logrado detener el derramamiento de sangre a pesar de prometer más recursos, incluida más policía y fondos para hacer frente a los problemas sociales dentro del sector árabe que sustentan la ola delictiva.
Muchos líderes comunitarios culpan a la policía, que no ha logrado tomar medidas enérgicas contra las poderosas organizaciones criminales e ignora en gran medida la violencia; pero señalan décadas de negligencia, abandono y discriminación por parte de las oficinas gubernamentales como la causa principal del problema.
El presidente del partido árabe islamista Raam, Mansur Abás, criticó hoy al Gobierno de Benjamín Netanyahu por "no hacer nada para poner fin a la violencia". "No se ha tomado una sola decisión ni dado ningún paso significativo", indicó el político.
El mes pasado Netanyahu formó un comité interministerial para luchar contra la violencia en el sector árabe, pero todavía no se han visto resultados tangibles, y muchos ven como un gran impedimento que el extremista Itamar Ben Gvir, conocido por su retórica antiárabe, esté al frente del Ministerio de Seguridad Nacional, que controla la policía.