Antonio Moreno, andalucista, primer edil de San Fernando durante quince años, hasta 2005, fue uno de los impulsores de la Mancomunidad de Municipios de la Bahía de Cádiz en la década de los noventa y presidente de la misma durante tres mandatos.
El proyecto original fue posible gracias al entendimiento con las hoy emblemáticas figuras políticas de Teófila Martínez, entonces al frente del Ayuntamiento de la capital gaditana; José Antonio Barroso, regidor de Puerto Real; y José de Mier, primero, y Manuel Jiménez Barrios, después, como alcaldes.
Todos acordaron tratar de gestionar conjuntamente servicios vinculados a las playas, pero también al suministro de agua, la recogida o el tratamiento de los residuos, para, gracias a la economía de escala, reducir costes.
También consideraron que los límites del área metropolitana debían extenderse hasta El Puerto, donde ganaba elecciones Hernánd Díaz; Rota, que en aquel periodo tuvo consecutivamente a Felipe Benítez Ruiz-Mateos, Domingo Sánchez Rizo y Lorenzo Sánchez Alonso al frente de la Corporación local; y Jerez, con el carismático Pedro Pacheco. Sobre el único municipio sin costa, Moreno reconoce sin ambages que se incluyó porque, además de ser “puerta de la Bahía”, su peso poblacional era fundamental para que la alianza cobrara mayor fortaleza.
Porque, los políticos de diferentes signos políticos, aprovecharon la coyuntura, relata, para que la entidad, robusta con las siete localidades y más de 600.000 habitantes, captara fondos europeos, gracias al gerente, Fidel Chacartegui, con los que se ejcutaron, entre otros equipamientos, la depuradora.
Asimismo, ejerció de grupo de presión, rememora el veterano dirigente andalucista. Recuerda las movilizaciones en defensa de los astilleros, la reivindicación para la supresión del peaje, que se logró primero en Cádiz, o la promoción turística, con estand propio en Fitur.
Concede que ahora Mancomunidad ejerce un discreto papel, pero “hay recursos suficientes” para impulsar nuevamente al ente supramunicipal. “La unión hace la fuerza”, sostiene. Ese es, a su juicio, el punto de partida.
La condición para que funcione, agrega, es superar los intereses partidistas y asumir que el diálogo y la búsqueda de puntos de encuentro entre los siete alcaldes son fundamentales para que la Bahía avance en la misma dirección.
