El colectivo Apoyo Mutuo, con sede en San Roque, facilita la vida actualmente a unas 2.000 personas. Concebido como el primer economato social de la comarca, pone productos de primera necesidad, higiene y ropa a un 25% del valor en el mercado para que personas con grandes necesidades “puedan pagar por ellos pero conserven su dignidad”, manifiesta a Viva la presidenta de Apoyo Mutuo, Montse Gavilán. Colaboran con los asuntos sociales de los ayuntamientos.
El número de personas atendidas ha crecido desde la pandemia, reconoce Gavilán. “Tenemos a muchísima gente. Siempre con lo básico, apañar a estas familias para que los niños no van sin nada”, indica. La labor de Apoyo Mutuo se extiende a campañas de material escolar, trajes de comunión, etc., pero no ha faltado en casos de emergencia social fuera de España. “Yo me fui a Ucrania cuando saltó la guerra, hemos ayudado a Marruecos con lo del terremoto, precisamente este viernes –por la pasada semana- vienen a recoger el último material” y mandaron un contenedor a Siria a través de una asociación en Málaga, comenta, a la vez que recuerda que personajes famosos del mundo de la cultura y el deporte, como el maestro Joao, Manu Sánchez o el futbolista y showman Joaquín Sánchez les han brindado su apoyo. Este último les regaló públicamente un balón y una camiseta, recuerda.
Estos días, con la celebración de Tosantos y Halloween, su labor se ha dejado notar una vez más con su ropero solidario, en este caso con una campaña de disfraces, que van heredando los niños de lo que se donó el pasado año. Nada más terminar estas fiestas, tienen previsto comenzar con su habitual campaña de apadrinamiento de niños para los regalos de Reyes Magos. “Llevamos un montón de años haciéndolo”, recuerda, al tiempo que celebra que “con estas nuevas páginas de compra online nos llegan regalos de toda España”.
Se trata de cartas manuscritas por los propios niños, sin una identificación exhaustiva, solo el nombre de pila y la edad. El pasado año, llegaron a ayudar a unos 500 niños, comenta Montse, al tiempo que revela algunas de las peticiones más curiosas y enternecedoras que se ha encontrado por parte de estos niños. “Desde el niño que piden de vuelta a su abuelo fallecido hasta el que pide un calentador de gas para que su hermano se bañe con agua calentita hasta la niña que pide el libro del Diario de Anna Frank”, relata.
Apoyo Mutuo organiza las cartas de doce en doce. “Las pares las publicamos en facebook y el resto se las pasamos a cofradías y otros colectivos, de índole deportiva o asociaciones de vecinos. Hay gente que apadrina hasta seis o doce”, comenta.
Para poder verse beneficiado de esta medida, el único requisito es que su familia forme parte de los usuarios de Apoyo Mutuo y tenga toda la documentación que el colectivo requiere al día y que traigan las cartas de los niños en plazo. El que colabora solo tiene que ponerse en contacto con la asociación y decidir a qué niño apadrinar, haciendo realidad su lista de regalos de reyes. Montse aclara que es diferente a cuando aportas juguetes para algún niño anónimo. El apadrinar un niño, una carta concreta, implica conocer detalles “que haces que te sientas más identificado; te viene a la cabeza ese niño y te cuesta menos trabajo”. Es, en definitiva, como el que tiene dos hijos y ahora tiene uno más al que regalarle los Reyes Magos.
A pesar de esta ayuda externa, se reserva a los padres del niño apadrinado la ilusión de darles los regalos a sus hijos. “Nosotros para los niños no existimos. Les damos los regalos a los padres y ellos -o en este caso, los Reyes Magos- se lo entregan a sus hijos. Ellos se ilusionan porque son ellos los que envuelven esos regalos”, comenta. Al mismo tiempo, dentro de que agradece todo tipo de colaboración, admite que prefiere “que se apadrine a más niños con menos regalos”, para que todos dispongan de estos obsequios por igual.
“Preferimos que quien vaya a comprar tres regalos se los compre a tres niños diferentes a que alguien compre tres regalos a un solo niño”, indica, a la vez que comenta que tiene padrinos en lugares tan dispares como Ceuta o Sevilla.
