La Roteña recupera el aliento tras dejar atrás una mala racha de tres partidos sin conocer la victoria. El equipo entrenado por Carlos Camacho volvió a enderezar el rumbo hacia la senda del triunfo en un encuentro realmente disputado ante un Guadalcacín luchador, en el que tuvo que esperar hasta el final para amarrar el resultado con algo de sufrimiento. Un lanzamiento de César que escupió la base del palo en el último suspiro, a punto estuvo de tirar por la borda el buen trabajo realizado por el equipo rojillo durante todo el partido, aunque finalmente la suerte le sonrió y terminó celebrando un triunfo conseguido por un gol. Un único gol, sí, pero de un valor incalculable.
Álex Valero, que había vuelto a la dinámica tras su ausencia la pasada jornada, anotó el gol de la victoria desde el punto de penalti a las primeras de cambio. Y Juan Harana, con una falta frontal que se estrelló en el larguero, a punto estuvo de premiar un inicio inmejorable de la Roteña en el que fue una apisonadora sobre un Guadalcacín que consiguió despertar con el paso de los minutos. El equipo visitante se empachó de balón, aunque se atosigó en los metros finales a base de centros laterales sin repercusión alguna. Menos dominadora, pero más efectiva, se mostró la Roteña. El conjunto rojillo se reforzó en defensa para avanzar hacia adelante mediante transiciones rápidas a la contra. Así, Álex Valero pudo recorrer la banda para servir centros en forma de manjares hacia el interior del área donde aguardaban en zona de remate Luis Lara y Álex Expósito, pero el desacierto a la hora de finalizar las acciones de ataque, dieron vida al ‘Guada’ al tiempo que impacientaron a una Roteña con el firme deseo de cerrar el resultado cuanto antes. Javi Zafra, otro que volvía después de cumplir sanción, a punto estuvo de sentenciar, pero no logró conectar su remate en el segundo palo.
Tuvo que esperar hasta el final. El pánico amenazó por momentos ante la posibilidad de que todo se pudiera evaporar en el aire en el último momento, aunque la Roteña terminó evitando el drama para escribir en su lugar un final feliz. Después de todo, con sufrimiento sabe mejor.