Los embalses del Campo de Gibraltar tienen cada vez menos reservas de agua y la sombra de futuras restricciones es cada vez más oscura, ya que ni siquiera las primeras lluvias del otoño, buena parte en forma de temporal, han servido para que recuperen volumen. Tampoco han podido contribuir mucho las lluvias que han sorprendido a los campogibraltareños en la mañana de este martes.
Actualmente, el embalse de Guadarranque, el más grande del Campo de Gibraltar con una capacidad de más de 83,15 hectómetros cúbicos, se sitúa en el 31% con 25,86 hectómetros cúbicos. Peor dato aún registra el de Charco Redondo, con apenas 13,84 hectómetros cúbicos y un 17,48% de sus 79 hectómetros cúbicos de capacidad ocupados. Estos datos son sensiblemente inferiores a los recabados hace justo un año por la red Hidrosur, con 26 hectómetros cúbicos en Charco Redondo y 36,6 hectómetros cúbicos en Guadarranque.
La evolución sufrida por las presas es negativa respecto al período previo al paso de las borrascas Alain y Bernard, que causaron estragos en forma de ramas caídas y otros desperfectos por el viento y las tormentas. Antes de su llegada se superaban los 44 hectómetros cúbicos. Actualmente no se llega ni a 40.
Esta situación no afecta solo al Campo de Gibraltar, ya que el resto de presas de la provincia están en un estado igual o peor que las de la comarca. En el global de Cádiz, hay almacenados 282 hectómetros cúbicos, solo un 15,5% del total. Hace un año el dato se situaba en 442. El que más agua acumula es el de Guadalcacín, en Jerez, con 134,9 de sus 800 hectómetros cúbicos de capacidad.
Restricciones a la vista
El gerente de la empresa pública Arcgisa, José Manuel Alcántara, ya advirtió el pasado mes de octubre de la situación crítica que se vive en la comarca en lo relativo a las reservas de agua. Según sus explicaciones, se entiende como nivel de emergencia cuando el volumen acumulado entre Charco Redondo y Guadarranque es inferior a 41,5 hm3. En estos días se sitúan en 39,7 hectómetros, por debajo del umbral acotado, de manera que el fantasma de las restricciones cobra un calibre de realidad mayor que nunca.
En la mesa de sequía celebrada en la sede de Arcgisa, donde están representados ayuntamientos, industrias, grupos ecologistas y todo los agentes relacionados con el consumo de agua, se acordó como primera medida fuerte, una vez sobrepasado el umbral de emergencia, aplicar interrupciones del servicio en algunos tramos horarios. Como primer punto, y con el objetivo de reducir un 20% el consumo, se empezaría por cerrar el grifo por las noches, el momento del día que puede afectar menos a los vecinos. Esto se produciría a partir de las Navidades.
Eso sí, esta no es más que la primera medida. Según las palabras de Alcántara en la atención previa a la mesa de la sequía de octubre, una vez activada la medida de cortes de servicio, se volverá a reunir la mesa de la sequía y se acordarán nuevas opciones para afrontar esta complicada situación que vive el Campo de Gibraltar.
Por su parte, el Consejo de Gobierno de la Junta ha tomado conocimiento del informe sobre la evolución de la situación de sequía en Andalucía, que señala que en los siete días precedentes al informe, con fecha de 11 de diciembre, se constata un incremento de 10 hectómetros del agua embalsada en la Comunidad hasta los 2.411 hectómetros cúbicos, el 20,15% de la capacidad total (11.966 hectómetros cúbicos). Comparando con hace un año, se registran 371 hectómetros menos ya que había 2.782. Por otro lado, en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, a la que pertenecen Charco Redondo y Guadarranque, el agua ha disminuido en la misma semana en tres hectómetros cúbicos y están al 20,04% de su capacidad, almacenando 231 hectómetros cúbicos. En un año, el descenso ha sido de 165 hectómetros cúbicos.
