Ni el CIS en España ni el Barómetro del Centra en Andalucía. El termómetro real sobre lo que piensan y sienten los andaluces y los gaditanos es el Gran Teatro Falla. Un sondeo lejos, muy lejos de la ciencia sociológica o de las cocinas de Moncloa y San Telmo, y cerca, muy cerca del palpitar de la calle y de las conversaciones que dominaron las cenas de navidad en los hogares de nuestro país y que circulan por los grupos de wuassap entre amigos, conocidos o compañeros de trabajo.
Las tablas del gran templo del carnaval gaditano están dictando sentencia sobre las principales preocupaciones e inquietudes de los ciudadanos. Por ejemplo, en todas noches del concurso oficial de agrupaciones, los coros, comparsas, chirigotas y cuarteros dedicaron una letra de tango, pasodoble, cuplé o popurrí a la deficiente atención sanitaria que reciben los andaluces. También se cantó mucho al aumento de sueldo, por encima de las dos cifras porcentuales, de los altos cargos del Gobierno andaluz, y a las inversiones tantas veces prometidas e igual número de veces incumplidas. Está siendo significativo cómo los autores han afilado sus plumas y sus gargantas contra el peligro de convertir a las grandes capitales en parques temáticos por la proliferación de apartamentos turísticos que están expulsandoa los vecinos de los cascos históricos.
Los clásicos populares no están defraudando: el azote a la cobarde y machista violencia de género, el drama del desempleo, la precariedad laboral, la emigración en busca del trabajo y la vivienda que se resiste en Andalucía, el inadmisible racismo con el inmigrante y que nunca falte algún palo a la monarquía. Pero,para sorpresa de algunos, poco ha aparecido la ley de amnistía paralos responsables del Procésen consonancia –ahí acierta el CIS- con que es la preocupación número 24 de los españoles.
De lo que nada, pero nada nada, se ha cantado es de ETA, que dejó de matar hace más de 10 años y que anunció su disolución definitiva en 2018. Sin embargo, en una demostración de libro de la distancia que separa a nuestros representantes y al pueblo al que se deben, la Junta de Andalucía quiere celebrar mañana martes en los colegios andaluces el Día de la Paz recordando la amenaza que supuso la banda terrorista, dignificar a las víctimas y ensalzar el espíritu de Ermua tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Así vivirán los niños y niñas andaluces esta fecha tan señalada mientras mi hija de 10 años sabe perfectamente que los colores de la bandera de Ucrania son los mismos que los del Cádiz Club de Fútbol.
