Aunque algunos de los animales presentes, en su gran mayoría perros, supieron aguantar el “chaparrón” de agua bendita, otros no se portaron tan bien y fueron varios los viandantes que asombrados se asomaban a las puertas del templo al escuchar el coro de ladridos que protagonizaron.
Una vez finalizada la bendición, se ofreció a besar la reliquia del santo que custodia la Hermandad y que los miércoles santos acompaña al Santísimo Cristo de la Buena Muerte en el frontal de su paso procesional. Los animales también acompañaron a sus queridos dueños hasta los pies del altar.
Esta tradición de la bendición de los animales se lleva celebrando en esta capilla desde hace varias decenas de años, contando siempre con gran asistencia de público y variedad de animales que en ese día son bienvenidos a la iglesia como integrantes de la creación de Dios.
Este año han sido casi medio centenar de fieles los que quisieron acompañar a sus mascotas a la iglesia. En su mayoría eran perros pero se han podido ver por el templo jaulas con ratones, pájaros, cajas con gatitos e incluso un año hubo alguien que llevó a su mascota preferida, una serpiente.