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Sábado 29/06/2024  

Jerez

?Volvamos a lo que hemos sido siempre y salgamos de las cenizas?

La candidata del PSOE a la Alcaldía de La Línea, Gemma Araujo, valora sus posibilidades en el inicio de la campaña electoral

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  • Gemma Araujo -
La última quincena previa a las elecciones municipales dibuja en La Línea un escenario en el que el PSOE y el PP se disputarán el Gobierno municipal. La candidata socialista a la Alcaldía, Gemma Araujo, aspira a vencer en un duelo en el que pesará mucho la posición de los linenses respecto a los últimos cuatro años.

—¿Cómo afronta las elecciones?
—La verdad es que con mucho ánimo, sobre todo porque creo que el trabajo más duro está hecho ya. Aunque es cierto que son días intensos. Nosotros hemos estado realizando un trabajo de cercanía y de trabajo con los ciudadanos de La Línea desde hace unos años acá. La presentación del programa electoral la hicimos la semana pasada, y era esperado porque la gente quiere saber cuáles son nuestras propuestas de Gobierno. Y estos quince días los afronto con ilusión y con ciertos miedos por saber el resultado, sobre todo cuando encabezas la lista; pero con la serenidad que me da también el saber que, prácticamente, la totalidad del trabajo está hecho y que ahora simplemente es aguantar el sprint final hasta llegar al 22 de mayo.
—¿Cómo ve la respuesta de los ciudadanos?
—Muy positiva, no puedo decir lo contrario. La verdad es que el tiempo que paso en la calle, que se va aumentando conforme llegan las elecciones, es muy positiva la respuesta. Y yo lo valoro. Yo estoy en política, primero porque quiero, porque es voluntario; y segundo, porque mi concepto de la política es de servicio público a la ciudadanía, el instrumento de poder cambiar y mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. De hacer feliz a la gente. Por lo tanto, para mí, hablar con la gente es un simbiosis: es mi obligación escucharlos y buscarle una respuesta a sus problemas. Y como mi concepto de la política es ese, para mí siempre es una alegría salir a la calle. Hemos organizado, y lo que nos queda todavía, multitud de meriendas, de encuentros con ciudadanos y con distintos sectores, y siempre la respuesta ha sido positiva. No puedo tener un mal recuerdo, porque además son mi gente. Yo soy de La Línea. Charlo con lo que son mis vecinos. Es cierto que luego eso tiene que trasladarse en el número de votos el 22 de mayo.
—¿Tienen expectativas de gobernar?
—Sí. Yo me presento candidata porque quiero ganar. Y quiero ganar además pudiendo ejecutar nuestro programa electoral, que ha sido elaborado por la ciudadanía. Y además es un programa electoral realizable, con proyectos reales, dejando atrás los macroproyectos que nunca se terminaron de proyectar en los 16 años del GIL-PP. Por lo tanto, yo aspiro a que podamos demostrar a la ciudadanía que hay otra forma de gobernar y que La Línea tiene solución. Cuando a mi me nombraron candidata había gente que me daba el pésame más que la enhorabuena. Las soluciones han estado y están ahí. Quizás ha habido cobardía por parte de los políticos que han asumido el Gobierno de nuestra ciudad para llevarlas a cabo. O porque además estaban secuestrados políticamente para tomar determinadas decisiones. Para poder sacar a nuestro municipio del pozo tan enorme en el que está hundido va a hacer falta un esfuerzo colectivo, de sindicatos, de trabajadores y de la ciudadanía.
—Hay partidos que son posibles llaves... ¿pactaría con ellos?
—No he sido yo, sino IU y PA, los que han hecho público que, si alguna vez necesitáramos sus votos para poder gobernar, el ofrecimiento quedaba hecho. Evidentemente, mi aspiración es poder gobernar para poder ejecutar nuestro programa durante los próximos cuatro años. Pensar en otros escenarios, habría que hablarlo el día 23 de mayo. Pero yo creo que la predisposición del PSOE en La Línea no es la de cerrar ninguna puerta, porque debe ser desde el esfuerzo de todos para sacar a La Línea hacia delante, y eso va a comprometer al resto de la Corporación, tenga o no mayoría.
—UPL ha propuesta un pacto políticos y social de todos los partidos...
—UPL no cuenta nada nuevo. Es lo que venimos nosotros pidiendo desde hace muchos años, diciendo que es necesario el acuerdo de todos. Y, además, hemos tenido intentos para hacerlo. Quiero recordar la comisión que se creó específica para la petición de la Carta Económica Especial. Y en ese caso fue el propio Ayuntamiento quien torpedeó esa comisión. Nosotros hemos vivido durante todos estos años una crispación permanente en una división permanente de, o estás conmigo o estás contra mí. Pero hasta en las mismas familias. O eras de Juárez o estabas contra Juárez. Y nosotros lo hemos vivido. Si no apoyabas un determinado proyecto, estabas en contra de La Línea. Por lo tanto yo creo que habría que darle carta de naturaleza de normalidad democrática a lo que es el trabajo de la oposición y a la que debe ser el sitio que se le tiene que dar a la oposición, que no es el que nos han dado todos estos años. Va a ser imprescindible para sacar a La Línea hacia delante normalizar las relaciones entre los partidos políticos.
—Esa crispación se observa en la dialéctica política en La Línea...
—Yo he asumido tareas de Gobierno en la Junta durante muchos años y los mayores insultos personales, ya no sólo por dedicarme a la política, sino por el simple hecho de ser mujer, lo he vivido en mi pueblo con el PP. Y yo creo que eso son episodios que no deben volver a producirse. Intentar injuriar y calumniar sin prueba alguna, cuando además demuestras que de la acusación que están haciendo, no es así, sólo te queda una vía, la judicial, para reponer tu honor. Porque, en mi caso, cuando constantemente te llaman la imputada, cuando he demostrado públicamente que no lo he estado nunca. Mis argumentos siempre han sido políticos, y los he intentado demostrar siempre con pruebas. Pero detrás hay una intención más perversa, que es hacer ver a la ciudadanía que toda la clase política somos iguales. Es cierto que la sociedad en general ahora mismo está viviendo una apatía hacia la clase política, que aquí todos venimos a lo mismo… Y yo creo que hay que volver a poner a la clase política en su sitio. Y yo estoy aquí por convicción, porque soy de La Línea, porque soy madre, y porque mi hijo se va a criar en La Línea, que mi familia ha crecido en La Línea, y porque creo que puedo mejorar mi entorno, la calidad de vida…
—La campaña, ¿va a estar marcada por la situación económica?
—Sí y no. Yo no quiero sólo trasladar a la ciudadanía la situación económica, que ya no es necesario trasladársela. Los trabajadores municipales, que durante todos estos meses no les han pagado la nómina, han hecho ver a la ciudadanía que la situación económica es de quiebra técnica, por el despilfarro que hemos vivido todos estos años. Cuando el equipo de Gobierno trata de hacerle ver a la ciudadanía que es por la crisis internacional, yo me río. Porque nosotros estamos en crisis desde que llegó el GIL. Llevamos 16 años en crisis. Nosotros dejamos la plantilla en 500 trabajadores y ya llega a los 1.000. Aquí ha habido condicionantes que han hecho llevar al Ayuntamiento a la quiebra técnica. Y además, sólo se puede reponer endeudándose aún más, con lo que conlleva el pago de intereses. Pero yo no quiero que sea ese sólo el mensaje que se le vaya a dar a la ciudadanía.
—¿Cuáles son los ejes de vuestro programa?
—Hay varios. Hay una parte, que es verdad que es la económica, en la que nosotros ya hemos establecido en el programa electoral que tenemos que realizar una auditoría externa que nos diga cuál es la situación real, y que no nos encontremos luego en un cajón facturas que no se sabía que estaban. Tenemos que pedir la revisión de la Carta Económica Especial, cuando tengamos los deberes hechos, y ya hemos anunciado que no todos los concejales que saquemos van a estar liberados. Hay que revisar la nómina de la plantilla municipal y el número de efectivos por un concepto muy claro. Aquí han estado utilizando la RPT como una amenaza para que los trabajadores puedan entender que se les pueda despedir. Es una auténtica barbaridad y una gran mentira. Hay que hacer un trabajo. El Ayuntamiento no puede mantener la nómina que tiene actualmente. Pero, por otro lado, a mí me gustar hablar también de recomponer la sociedad civil. Nosotros hemos vivido todos estos años una división de la sociedad del municipio y una pérdida de nuestra identidad. Hemos tenido dos federaciones de vecinos, dos plataformas de parados, dos en el hospital. En el programa electoral llevamos la recuperación de las verbenas populares. A mí me apena que mi hijo no va a conocer La Línea como yo la conocí. Porque yo conocí un Ayuntamiento en el paseíto Chacón, con un pasamano de madera precioso, con un edificio que era majestuoso, y que era donde mis padres me llevaban a ver los plenos. Y la plaza Cruz Herrera tampoco la va a conocer así. Y durante un tiempo hemos vivido cegados con grandes proyectos que decían que se iban a ejecutar, y hemos perdido parte de nuestra identidad. Quién no recuerda las verbenas populares de San Pedro, de Periáñez, de la Velada. Eso se ha perdido. La gente ha dejado de participar en la vida de su barriada y de la ciudad. Volvamos a ser lo que hemos sido siempre y volvamos a salir de las cenizas.
—Entrar ahora en el Ayuntamiento de La Línea es una papeleta, ¿no?
—Es un reto. Yo que vengo de gestionar desde la Junta de Andalucía, siempre le ponía a mis compañeros el mismo ejemplo. Gestionar con dinero es fácil. Gestionar sin dinero es lo complicado. Y es verdad que la situación de La Línea es un reto, personal y profesional. Personal porque a nosotros nos va mucho en ello. La candidatura que conforma el PSOE son hombres y mujeres de La Línea. Venirme de la Junta a La Línea se hace con más respeto. Porque es tu pueblo. Es la gente con la que te encuentras en la calle, es tu familia, son tus amigos. Pero, sobre todo, con mucha responsabilidad. Es un reto complicado. Pero La Línea tiene soluciones. Llevamos en el programa electoral algo que personalmente me ilusiona, que es la Fundación del Parque Princesa Sofía. 16 hectáreas que precioso parque que tenemos en el corazón de nuestra ciudad, y en el que la gente no se siente integrada. Cuántas cosas se puede hacer en ese parque para recuperar ese corazón. Yo recuerdo ver las fotos de mis hermanas y mías con mis padres en el parque cuanto tenía lagos y cisnes y la gente podía ir allí a pasar el fin de semana. Por qué no lo podemos volver a recuperar. Y volver a recuperar la confianza de los empresarios. Cuántos se han marchado o siguen reclamando deudas al Ayuntamiento. A cuántos no se le ha ofrecido un suelo industrial para generar esa pequeña y mediana empresa. Tanto queda por hacer, que yo a muchos compañeros les traslado que nos va a tocar casi reconstruir. El dinero del Plan E que no se ha certificado en obras, y que somos un escándalo público en España, hay que devolverlo. Y hay que tasar las obras que las empresas han empezado y no han acabado. Y todas las subvenciones que se han usado en pago de nóminas también hay que devolverlas.
—¿Cree que las sentencias sobre Juárez pueden pesar en las elecciones al PP?
—Yo no creo tanto que sea la sentencia, que sí, sino porque Alejandro Sánchez es el hijo político de Juárez. No nos olvidemos. Aquí nos han intentado hacer ver que Alejandro Sánchez era el chico moderado, que podía poner el PP para el día mañana limpiado del cinismo de La Línea. Pero no es así. Hace dos elecciones iba de su número 2. ¿O es que nadie recuerda que La Línea tuvo una oficina en Bruselas, en la que él estuvo cómodamente?. Él ha sido partícipe de ese modelo que ha llevado a nuestra ciudad a lo que nos ha llevado. Aquí ya no vale que Juárez era el malo, cuando todos levantaban la mano en los plenos. Ha estado, ha participado, y es cómplice y corresponsable de todo lo que ha venido sufriendo nuestro municipio. Porque si hubiese tenido un mínimo de gallardía política lo hubiese puesto en su sitio. Todavía estamos esperando que le reclame 18.000 euros de un master que se pagó dos días antes de irse con dinero municipal. Y no la ha tenido. Está casi secuestrado políticamente por sus antecedentes, y que ha querido cortar ahora con una candidatura que no tiene esos orígenes.

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