Lo ha dicho al responder al portavoz del PP, Pío García Escudero, quien también ha hablado de sabiduría, aunque en otro sentido, después de dibujar al Ejecutivo socialista como un enfermo "sin pulso y en fase terminal" y responsabilizar a Zapatero de su mal.
"Si no ha sabido estar, sepa al menos irse en buena hora", le ha espetado en la sesión de control de la Cámara Alta, donde además ha denunciado, entre aplausos de los suyos, el retorno del "vandalismo proetarra" de la mano de Bildu.
Como es habitual cada martes que Zapatero acude al Senado, el debate ha sido interrumpido por voces y alguna imprecación de los senadores.
La perentoria necesidad de un adelanto electoral era el eje principal de la pregunta del jefe de filas del grupo popular, sustentada en razones económicas principalmente, pero también políticas.
A juicio de García Escudero, el Gobierno ha llevado a España a un proceso de "descomposición política, económica y democrática", de tal manera que lo "irresponsable" no es agotar la legislatura, alargando un "tiempo perdido" y un Ejecutivo "sin liderazgo".
No se ha olvidado de dirigir unas cuantas estocadas al ya candidato socialista para las generales, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, del que se ha preguntado "dónde" estaba durante la famosa "crisis del pepino" y al que ha afeado que se dedique a "hacer galas por España en avión oficial".
Además le ha descrito como "candidato a dedo", algo que ha dolido mucho a los senadores del PSOE, a juicio de sus airadas protestas.
Porque García Escudero no alberga dudas, el problema del Gobierno no es de una "bicefalia" Zapatero/Rubalcaba, sino de una auténtica "acefalia", y el único remedio son las elecciones.
Y para disipar el miedo que pueda suscitar un adelanto electoral por el riesgo que comportaría para la economía ha proclamado: "España perfectamente puede afrontar unas elecciones y un cambio de Gobierno, lo está necesitando urgentemente".
Cuando Zapatero ha tomado la palabra para replicar le ha reprochado severamente que utilizara su pregunta para criticar a Rubalcaba, sobre todo porque el ministro del Interior hoy no estaba en el hemiciclo.
Eso sí, de paso le ha obsequiado con una maldad, al recordarle que si alguien del PP pregunta a Rubalcaba "le puede dar un repaso parlamentario, como es habitual"; risas entre los socialistas.
Con el honor del candidato a salvo, Zapatero ha emprendido una carrera dialéctica para defender una a una las reformas que el Gobierno ha emprendido desde que en 2009 se inició una "crisis sin precedentes".
Senadores del PP ha salpicado su exposición con algunas voces: "¡Si no había crisis!", "¡Son incapaces!", "¡Cinco millones de parados!"; ha puesto orden el presidente de la Cámara, Javier Rojo.
A Rodríguez Zapatero no le ha parecido bien que su oponente echara por tierra toda la labor anticrisis de su Gobierno y por ello ha enfatizado que pese a las "graves turbulencias" en la zona euro España "está aguantando", algo que a su entender debería alegrar al PP, al que recrimina su empeño en "transmitir siempre alarma".
Y descartado el adelanto electoral por razones "objetivas" y "de interés general" para dar tiempo a que las reformas culminen, Zapatero ha puesto todo el empeño en aclarar que este compromiso está "muy por encima de cualquier interés personal o de partido".
Hablando de partidos, ha reconocido que el suyo "sufre, como no puede ser de otra manera, cuando hay que tomar medidas duras y difíciles", confesión que ha generado un silencio en los escaños.
Pero el presidente ha añadido que el PSOE "sabe sufrir porque sólo quien sabe sufrir sabe poner el interés general por encima del interés electoral", lo contrario de lo que según él hace el PP.
José Luis Rodríguez Zapatero, quien antes del pleno había almorzado con Javier Rojo, ha extendido así sobre el semicírculo de la Cámara Alta su tesis sobre el valor del sufrimiento... político.