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Matrícula de deshonor

Complejos y gordura

La lucha contra los prejuicios y la discriminación hacia las personas con sobrepeso no debería ser una lucha solitaria, sino un compromiso colectivo

Publicado: 12/03/2025 ·
10:56
· Actualizado: 12/03/2025 · 10:56
  • Personas obesas. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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A lo largo de la historia y de las interacciones humanas, los complejos derivados del aspecto físico han sido, lamentablemente, una constante que ha atravesado las distintas épocas y culturas. En la sociedad contemporánea, donde la imagen y la estética suelen exhibir un papel importante, las personas que se alejan de los cánones tradicionales de belleza, en toda su extensión, suelen verse injustamente marginadas o estigmatizadas, llegando a ocasionar complejos y patologías mentales que pueden llegar hasta el suicidio, por muy cruel que pueda sonar.  El complejo por el simple hecho de ser considerado ‘gordo’ es un fenómeno que revela mucho más que una mera percepción individual; es, en esencia, un reflejo de una estructura social que, en ocasiones, ha fallado en su capacidad de aceptar y empoderar la diversidad en todas sus formas, ‘vendiendo’ individuos con un estándar concreto, consensuado dentro de unos patrones comerciales que beneficien a determinadas ‘Marcas’ sin considerar el daño que puedan ocasionar.

Hace unos días, un compañero manifestó en uno de esos grupos de whatsapp que había puesto unos cuantos kilos, siendo ‘vapuleado’ entre risas y bromas por encontrarse muy alejado de esos patrones estandarizados de los que hablamos. La estigmatización de las personas con cuerpos que no encajan en los estándares hegemónicos de belleza no solo afecta la autoestima de los individuos, sino que también perpetúa un ciclo de discriminación que se manifiesta en múltiples ámbitos de la vida: desde el laboral hasta el social, pasando por el ámbito de la salud. Es curioso que mi amigo, abogado de profesión y con una dilatada carrera y bien considerado entre sus coetáneos, sea valorado por esos kilos de más, llegando a entrar en cierta depresión y no por su formación, cualidades y capacidades para el derecho. La valía de una persona no puede residir en su apariencia física, obviando su carácter, sus acciones, su actitud y su capacidad por y para el bien común.  La lucha contra los prejuicios y la discriminación hacia las personas con sobrepeso, como es mi caso, no debería ser una lucha solitaria, sino un compromiso colectivo que trascienda las barreras del prejuicio y el estigma, extirpando de esta sociedad esos patrones sociales así como sus consecuencias, empezando por ese típico humor desconsiderado al que todos le hacemos fiesta. Esta sociedad sigue teniendo esa asignatura pendiente y seguir el juego que nos marcan es ir en contra de nuestra felicidad, perdiendo el tiempo en contentar a otros.

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