Según recoge la calificación fiscal, a la que ha tenido acceso Europa Press, sobre las 9,00 horas del día 15 de diciembre de 2006, la madre del bebé fue ingresada en el Hospital Infanta Margarita de Cabra (Córdoba) con el fin de ser asistida en el parto, que tuvo lugar sobre las 21,35 horas del mismo día, sin que en el mismo ocurriera nada anormal y apareciendo una analítica alterada a las 21,44 horas, sin que conste que en los momentos anteriores al parto se dieran circunstancias determinantes de las lesiones que sufre el recién nacido.
Una vez en su habitación desde las 0,30 horas del día 16, bajo la supervisión de las dos enfermeras acusadas, C.R. y M.H., el recién nacido no paró de llorar, tiritaba y tenía los labios azules, síntomas indicativos de un cuadro cianótico, derivado de una insuficiencia respiratoria aguda y de las convulsiones que sufría, pidiendo en varias ocasiones, tanto la madre, sus familiares y los acompañantes de la persona con la que compartía habitación, la atención de las enfermeras.
Así, el pediatra había ordenado a las 2,35 horas que las enfermeras lo observaran, debido a una sospecha de infección por antecedentes de la madre. No obstante, los familiares llamaron varias veces a las enfermeras para que tomaran las medidas oportunas, si bien acudieron sin que identificaran la gravedad de la situación, no diagnosticando las convulsiones del niño hasta las 7,00 horas, cuando bajaron al pequeño al pediatra, aunque recibió demasiado tarde el tratamiento adecuado, según el escrito de acusación.
Ante ello el Ministerio Público considera que la actuación de las enfermeras está fuera de lo que indica la buena praxis, en cuanto a la atención prestada. Además, precisa que una de las enfermeras sufrió durante esa noche una fractura de muñeca, de la que asistida en el mismo hospital sobre las 3,00 horas, volviendo a su puesto de trabajo poco antes de las 7,00 horas, cuando se apercibió de la gravedad del recién nacido.
Consecuencia del cuadro convulsivo no diagnosticado a tiempo, el pequeño, que ahora tiene cinco años, sufrió una encefalopatía hipóxico-isquémica padecida en las primeras horas de vida, que le ha causado lesiones que constituyen una incapacidad permanente absoluta para realizar cualquier actividad en un futuro.
Por todo lo relatado, el fiscal acusa a los dos enfermeras de un delito de lesiones por imprudencia profesional y procede imponer a cada acusada la pena de dos años de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión durante tres años.