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Una década sin negociar sobre la soberanía de Gibraltar

"Hemos llegado a lo que pueden ser los últimos reductos de discrepancia. Hemos recorrido un largo camino y acordado muchísimas cosas", declaraba el ministro español entonces

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  • Straw y Piqué se reunieron para hablar de soberanía hace 10 años. -

La reunión que mantuvieron el 26 de junio de 2002 los entonces ministros de Asuntos Exteriores de España, Josep Piqué, y del Reino Unido, Jack Straw, fue la última vez en la que ambos países se sentaron a hablar de la soberanía de Gibraltar, sin que desde entonces haya habido avance alguno en esta cuestión.

La parálisis en la búsqueda de soluciones al litigio de la última colonia europea después de un década coincide con la actual etapa de tensión entre las autoridades españolas y las del Peñón a cuenta del veto a los pescadores gaditanos a faenar en las aguas cercanas a Gibraltar.

El titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se ha marcado el reto de desbloquear las conversaciones sobre el dominio del Peñón, después de que el anterior Gobierno socialista optara por dejar a un lado este asunto y apostar por la cooperación a través del Foro de Diálogo tripartito.

García-Margallo formalizó por escrito el pasado 1 de febrero la petición de volver a negociar aprovechando la reunión que mantuvo con el secretario de Estado británico para Europa, David Lidington, en Madrid.

Además de apelar al Tratado de Utrecht (1713), por el que se cedió el territorio a la Corona británica, el Gobierno español reivindica el llamado Proceso de Bruselas, por el que Madrid y Londres se comprometieron en 1984 a hablar de la soberanía de forma bilateral.

El Ejecutivo británico ha dejado de tener como referencia este marco de diálogo y su postura ahora es que no reanudará el diálogo sin el consentimiento de los habitantes de Gibraltar.

Con esta tesis, da por enterrado el paso que se dio hace diez años, cuando se estuvo más cerca que nunca de sellar un acuerdo que pasaba por compartir la soberanía de la colonia.

La última reunión de Piqué y Straw en Londres pareció alentar las opciones de llegar a este pacto, al constatar que se había "avanzado mucho" y que era "considerable el grado de consenso" existente, como se apuntó en un comunicado conjunto.

"Hemos llegado a lo que pueden ser los últimos reductos de discrepancia. Hemos recorrido un largo camino y acordado muchísimas cosas. Nos quedan todavía algunas y vamos a redoblar nuestros esfuerzos para poder superarlas", dijo Piqué al día siguiente.

Además de compartir la soberanía, la pretensión era dotar a Gibraltar de un amplio autogobierno y de permitir a sus ciudadanos seguir teniendo la nacionalidad británica.

Sin embargo, el acérrimo rechazo de los llanitos a este acuerdo y la reticencia de Londres a que la soberanía compartida pudiera pasar a ser solo española en el futuro impidieron que fructificara la resolución del contencioso.

También contribuyó decisivamente la negativa de la Armada británica a perder el control del puerto del Peñón, después de que se planteara como posible solución que fuese una base de la OTAN, como revelan a Efe fuentes diplomáticas conocedoras de la negociación.

"Los británicos se echaron para atrás cuando estaba todo hecho", resumen las fuentes.

Prueba de ello fue que no se celebró la siguiente reunión que se había convocado el 12 de julio de 2002, tres días después de que Piqué cediera su puesto al frente de Exteriores a Ana Palacio.

Ni en la recta final del último mandato de José María Aznar, ni en los casi ocho años de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero se retomó la negociación.

El exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos se inclinó por anteponer la cooperación con el fin de ir generando la confianza necesaria para volver a reanudar la discusión de la soberanía.

García-Margallo ha dado un giro de 180 grados a la política con Gibraltar y ve prioritario volver a la mesa bilateral de negociación, sin presencia de los gibraltareños.

La última solicitud la hizo el embajador de España ante la ONU, Fernando Arias, el pasado día 15 en la sesión anual sobre los territorios que siguen siendo colonias.

Arias defendió entonces la "integridad territorial" de España y animó a encontrar "fórmulas imaginativas" para resolver el contencioso después de tres siglos de disputa.

En este mismo foro, el ministro principal del Peñón, Fabián Picardo, respondió a Arias: "Abran los ojos, Gibraltar jamás será español"

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