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Sevilla

El Valencia resuelve con goleada un partido nivelado

Ese premio estuvo unido al castigo excesivo que se llevó el Betis, que aunque en el primer tiempo permaneció agazapado en su área tras la expulsión de Amaya, en el segundo dominó el encuentro

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Un Valencia sin chispa se quedó con los puntos y la diferencia de goles en un partido en el que todo le salió de cara ante un rival que querrá olvidar cuanto antes el encuentro a pesar de haber ofrecido algunos minutos de buen fútbol, aunque sin crear peligro.

Un tanto de penalti a favor del equipo local a los quince minutos, acompañado de la expulsión de Amaya y un gol en propia meta del conjunto andaluz cuando el partido estaba cerca de concluir resumen una noche en la que el Valencia celebró la fiesta de las Fallas con un gran premio.

Ese premio estuvo unido al castigo excesivo que se llevó el Betis, que aunque en el primer tiempo permaneció agazapado en su área tras la expulsión de Amaya, en el segundo dominó el encuentro, hasta que al final se desfondó con el autogol de Paulao y la mejor acción del partido, el 3-0 de Jonas en el tiempo de prolongación.

Los primeros quince minutos estuvieron marcados por una ligera superioridad local, pero con las fuerzas bastante parejas, en un fase del encuentro en el que apenas hubo opciones de gol.

A los 14 minutos se produjo una jugada que marcó el partido. Un derribo de Amaya a Soldado cuando éste entraba en el área fue castigado con penalti y con una rigurosa expulsión del defensor bético. El propio Soldado hizo el 1-0, gol que cambió la fisonomía del encuentro.

De inmediato el técnico visitante, Pepe Mel, retiró a Campbell y sacó a Paulao, otro central. A continuación, el Valencia se adueñó del partido. Suya fue la posesión del balón ante un rival replegado y sin apenas opciones de salir al contragolpe para tratar de establecer la igualada.

El Valencia, sobre todo gracias a las acciones por la banda derecha de Joao Pereira y Feghouli, tuvo presencia cerca del área visitante, pero sin crear suficientes ocasiones de gol como para lograr antes del descanso un 2-0 que pudiera resultar tranquilizador.

No lo logró porque el Betis se defendió bien, sin dejar huecos para que el rival le hiciera daño y porque se recreó demasiado en la suerte de su superioridad. Jugó tranquilo, pero sin efectividad ante un rival que sólo se le aproximó en un par de jugadas a balón parado lanzadas por Beñat.

Precisamente, este jugador tuvo una clara ocasión de gol para su equipo en la jugada inicial del segundo tiempo, con un gran disparo que salió alto. En la jugada siguiente, un agarrón de Mathieu a Rubén Castro pudo suponer la expulsión del defensor local, pero el árbitro dio la ley de la ventaja y la jugada acabó en córner.

Tras el descanso había salido más enchufado el Betis que el Valencia, que además de prescindir de Soldado, no mostraba ideas suficientes como para cerrar el partido: todo eran imprecisiones y no parecía que el Betis jugara con un hombre menos.

El Valencia estaba desquiciado y sólo el desgaste físico del rival, que había llevado el peso del encuentro en el segundo tiempo, daban algo de oxígeno al conjunto local, que se encontró con el premio del 2-0, marcado por Paulao en propia meta a cinco minutos del final del partido.

El 3-0 fue una anécdota, pero sirvió para dejar buen sabor de boca entre la afición local, ya que llegó en la acción más brillante del partido, con un gran disparo de Jonas.

Fue un encuentro para olvidar por parte del equipo que goleó y que reforzó al goleado, que ofreció una buena imagen, sobre todo tras el descanso, a pesar de jugar con un hombre menos durante 75 minutos.

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