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Cádiz

El gaditano Fran Gómez derrocha torería en su debut en Las Ventas

Desde Manolo Aibar, hace ya 50 años, ningún torero nacido en la capital gaditana debutaba en el coso madrileño

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  • La vuelta al ruedo de Gómez -

Con novillos de Concha y Sierra, descastados y peligrosos, el gaditano Fran Gómez hizo ayer su debut con picadores en la madrileña plaza de Las Ventas. Lo que de por sí ya es una noticia de importancia para los anales del toreo de Cádiz, lo es más si se tiene en cuenta que desde que lo hiciera Manolo Aibar hace ya la friolera de medio siglo, ningún torero de la capital había debutado en la coliseo taurino de la capital española.

El novillero gaditano realizó su presentación en Las Ventas acompañado por el cordobés Andrés Jiménez Gallo Chico y Sergio Salas El Pijorro, de Sanlúcar de Barrameda.

Con más de un cuarto de entrada y más público de sombra que de sol, el gaditano obtuvo una fuerte ovación en su primer novillo, al que manejó de manera solvente y entregada. Con el oficio y el valor del que quiere despuntar en esto. Muy valiente con la izquierda hasta arrancar tres buenas tandas de naturales al primero de su descastado lote.

En el segundo, un novillo con cuajo como para verse en corridas en Pamplona o Bilbao, Gómez hizo una meritoria faena y despachó a su adversario de una buena estocada, después de jugarse los muslos con un morlaco que se quedaba corto y sin embestida. A destacar  la labor del hombre a caballo, el picador de Jerez de la Frontera Juan Gil, que colocó al novillo de Concha y Sierra dos grandes puyazos. Fran Gómez. torerísimo vestido de tabaco y oro, obtuvo una vuelta al ruedo, algo equivalente a tocar pelo en cualquier otra plaza de España.

De sus compañeros de terna destacar que Andrés Jiménez, Gallo Chico, cosechó palmas tras aviso en su primero y silencio en el otro. El Pijorro se despidió de Las Ventas con silencio tras dos avisos en su primero y silencio en su segundo.

Buen sabor de boca, en fin, el que ha dejado el torero de la capital en el coso de la madrileña calle de Alcalá, pues anduvo firme delante de sus dos novillos en una calurosísima tarde. Pues a seguir. Suerte, vista y al toro.

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