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Sevilla

La ciudad del genial “Tropezones” (II)

“En el fútbol destacó el dibujo “naif” de Domingo Wasakdúa y un personaje bético al modo de Oselito que se inventó”, recuerda Antonio Burgos

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  • Tropezones -

Vemos a la familia Wasaldúa, el popular dibujante Tropezones, que aparece con su sobrina Carmen Morales y su hijo Ramón, más unos amigos, en la plaza de España en 1943, utilizando el cochecito de Lerén. Y reproducimos la esquela mortuoria donde pueden observarse que su fallecimiento, el día 18 de diciembre de 1988, a los setenta y seis años de edad, ocurrió solo nueve días después del fallecimiento de su esposa, Isabel Sánchez Gaspar. Domingo e Isabel formaron un matrimonio ejemplar desde que se casaron en 1939, recién terminada la guerra civil, en la iglesia de Santa Eulalia, en Badajoz. Se conocieron dos años antes, en 1937, cuando Domingo ejercía de sanitario en el Ejército. Recién casados vinieron a Sevilla, donde Domingo enseguida comenzó a dibujar para el comercio y pronto fue contratado por Celestino Fernández Ortiz para el diario FE, luego reconvertido en Sevilla, diario de la tarde.

De Antonio Burgos son estas líneas que recuerdan los primeros años de posguerra, cuando “los dibujos taurinos de Andrés Martínez de León, que no podía publicar su Oselito en los periódicos de Madrid porque había sido republicano y había estado condenado a muerte. (El vacío de Martínez de León en la prensa andaluza lo ocuparon imitadores de su estilo. Las viñetas de toros más famosas, apuntes del natural de las corridas, fueron las del trianero Vicente Flores. En el fútbol destacó el dibujo completamente “naif” de Domingo Wasaldúa y un personaje bético al modo de Oselito que se inventó, Tropezones, del que ponía viñetas no solamente en el diario FE, luego Sevilla, sino hasta en los escaparates de las tiendas, como en la óptica que la familia González Green, el del globo, tenía en la calle Tetuán, y en el bar de Manolo González detrás de Correos, el que hizo popular la carga de la brigada ligera de los caballitos de jamón y las batallas de pavías de bacalao. Para quien quiera evocar aquellas tardes de dibujos sobre el resultado del Betis-Iliturgi, tiempos míticos de la Tercera División, existe una espléndida colección de dibujos de Tropezones enmarcados en el Bar Cambados de Heliópolis)”

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