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Jerez

“En España la familia nos dijo que no saliéramos a la calle”

Una pareja de jerezanos en Canadá narra cómo vivieron el ataque terrorista. Viven a 150 kilómetros de Ottawa, y aseguran que su día a día no ha cambiado desde el suceso

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El pasado miércoles un hombre mató a tiros a un soldado en el Monumento a la Guerra en Ottawa, la capital de Canadá, acto seguido corrió al edificio del Parlamento e intercambió disparos con la policía. El atacante murió allí, varios edificios de los alrededores fueron cerrados y la zona fue acordonada por personal de seguridad. Las imágenes de la gente huyendo dieron la vuelta al mundo. Fueron las mismas que vieron los familiares y amigos de Tamara y José, una pareja de jerezanos arquitectos que trabajan allí desde hace año y medio.

Estos jóvenes hacen vida normal, pese al nivel de alerta que se ha trasladado al exterior, a raíz también de que días antes la policía matara a tiros al conductor de un vehículo que atropelló a dos soldados en un estacionamiento en Quebec. Sin embargo, admiten que su entorno se ha preocupado mucho más que ellos.


“Mi madre al principio se asustó, pero como luego vio que ocurrió en Ottawa y nosotros estamos en Montreal -a 150 kilómetros- se quedó más tranquila”, señala esta joven jerezana, que reconoce que se enteró del ataque al edificio del Parlamento a través de sus amigas de Jerez por el grupo de WhatsApp. “Me escribieron diciéndome que no saliera a la calle”, relata.


Al contrario de lo que pueda pensarse asegura que la gente, al menos en esta ciudad canadiense, no se muestra preocupada, y en las calles no hay más vigilancia de lo habitual.

“no hemos notado nada”
“No hemos notado nada diferente ni en la calle, ni en el metro cuando he ido a dar clase de francés. Los compañeros de Canadá del trabajo que conocemos aquí tampoco es que estén preocupados por lo ocurrido ; más que miedo, todo el mundo habla de lo que ha ocurrido con sorpresa. Nadie se esperaba que esto pudiera pasar aquí, porque Canadá no suele meterse en ningún fregao y los titulares son siempre los mismos: hemos perdido la inocencia”.

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