El Sevilla ya trabaja a destajo en busca del que debe ser el portero de presente y futuro del club de cara a la próxima temporada. De tal modo, Monchi y la secretaría técnica vienen rastreando el mercado de guardametas desde prácticamente el inicio liguero y con mayor ahínco desde que comprobaron que las cualidades del argentino Barbosa dejaban mucho que desear.
No hay prisas por encontrar al elegido, puesto que resta todo un año por delante para buscar y seleccionar a los candidatos ideales. No obstante, Monchi comienza a anotar en su alargadísima agenda nombres de presuntos candidatos al puesto que, a priori, quedará vacante.
Encabeza la lista el guardameta que firmarían en estos momentos con los ojos cerrados, el mismo que avanzamos en estas líneas hace ahora dos meses. Se trata del espanyolista Kiko Casilla, todo un portero de garantías que ya conoce lo que es ser internacional con la selección española. En su contra, la firma de su renovación hace ahora un mes que le vincula al conjunto catalán hasta 2018 y bajo una cláusula de rescisión de 20 millones de euros, cantidad a lo que por supuesto en ninguno de los casos llegaría la entidad nervionense. Eso sí, hay una premisa entre las hojas del contrato que pudiera favorecer y es que el 50% de una presumible venta iría a parar a su club de origen, el Real Madrid. Aún es pronto para aventurar que sucerá de aquí a junio, pero tal vez los blancos rastreen en las filas sevillistas para fortalecer alguna de sus líneas de cara a la próxima temporada y de ser así el porcentaje correspondiente al Madrid por Casilla sería ‘negociable’.
No obstante, no sólo de un nombre vive Monchi. En un escalón inferior aparecen un par de nombres interesantes, aunque no estén al nivel del portero del Espanyol. Son los casos de Sergio del Celta y de Cristian Álvarez del Rayo. Ambos se están estrenado en la máxima categoría del fútbol español, pero vienen ofreciendo muy buenas sensaciones, principalmente el celtarra, favorito de inicio en una presunta carrera con el rayista por llegar a Nervión.
Todo ello sin olvidar a Roberto del Olympiacos de Míchel. Un antiguo deseo que, al igual que Casilla, sólo se pondría a tiro si el Sevilla termina obteniendo un billeto para la próxima Liga de Campeones.
Beto, más fuera que dentro
El que sí parece tenerlo crudo para continuar es el portugués Beto. Su edad (32 años) y continuadas lesiones son un freno para renovarle a final de esta campaña. Además, el luso quiere atar un último buen contrato y el Sevilla en ningún caso estaría dispuesto a invertir una buena cuantía por él. Por supuesto, Barbosa pasará con más pena que gloria y se irá. Y eso sí, Sergio Rico será el nuevo segundo.