El pasado fin de semana, la hermandad de Nuestra Señora del Rocío acudió a su cita anual ante la Virgen con motivo de la Peregrinación Extraordinaria.
Los rocieros arcenses iniciaron el camino desde la parroquia de San Francisco con el rezo de la salve antes de velar el Simpecado. Alrededor de las 9.30 horas se procedió al embarque en Bajo de Guía para emprender el camino por el Coto de Doñana. Durante el mismo se vivieron diversos momentos de convivencia y hermandad como el rezo del ángelus a media mañana en Carbonera, la parada en el Cerro de los Ánsares y otros muy emotivos.
Con la llegada a la Aldea se organizó la comitiva para acudir al rezo del santo rosario por las inmediaciones de la ermita. El Simpecado acompañado por los peregrinos arcense participó en este acto de la hermandad matriz de Almonte, al igual que las hermandades de Rota, Puerto Real y Jerez, que también se encontraban en la aldea.
La hermandad de Arcos celebró la eucaristía ante las benditas plantas de la Virgen del Rocío, acompañada además de por la hermandad matriz y sus peregrinos, por la presidenta del Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Arcos, representantes de las cofradías arcenses de las Tres Caídas, San Antonio, Dulce Nombre y Vera Cruz, y por el hermano mayor del Rocío de San Fernando.
La misa fue oficiada por sacerdote Antonio Cepeda Lepe, capellán del Santuario del Rocío, y acompañada por los sones de los coros de las hermandades de las Tres Caídas y Dulce Nombre.
Tras la eucaristía, se mantuvieron unos momentos de convivencia en la casa de hermandad de la aldea y posteriormente se emprendió el camino de vuelta por la playa de Malandar. La cita del fin de semana acabó con el rezo de la salve ante el Simpecado de la hermandad en la parroquia de San Francisco y los vivas a la Virgen por parte de la hermana mayor, Nieves Macías.