La fortaleza sevillista, su defensa, se ha tirado por la borda en tan sólo dos partidos. Ayer pagó muy caro los errores en Mestalla para salir derrotado ante el Valencia.
Sin novedades destacables se presentó el Sevilla en Mestalla, con la presencia en el once, eso sí, de un exvalencianista, Ever Banega, y con Diogo haciendo las veces de Fernando Navarro por el lateral izquierdo.
Comenzó mal, muy mal el equipo de Unai Emery su duelo frente a un activadísimo Valencia. Los nervionenses, excesivamente imprudentes, hacía aguas en cada llegada de los che al área de Beto. Como la ocasión clarísima de Rodrigo en los primeros compases tras pase de Negredo, a la que el ex del Benfica no llegó a rematarla en boca de gol probablemente porque fue derribado por Nico Pareja, pero el colegiado no lo vio.
A base de centros colgados en jugadas a balón parado lo intentaba el Sevilla pero sin excesiva claridad. Y cuando peor parecía que andaba el equipo local apareció Diogo para montar un lío en su área. Corría el minuto 16 cuando un balón en profundidad se lo llevó Negredo y el lateral portugués, por atrás, derribó al vallecano de manera tan clara como innecesaria. El árbitro lo vio el penalti lo transformó Dani Parejo
El golpe parece que despertó al Sevilla, que echó la línea de la defensa al centro del campo para hacerse con el cuero. Y otra vez, con los de Emery asediando la meta de Diego Alves y tras un saque de falta favorable, el Valencia convirtió una contra de libro en el segundo de la noche con Parejo de nuevo como protagonista a pase de Enzo Pérez.
Quizás, duro e inmerecido correctivo de un equipo que apenas se había asomado por la meta de Beto. Pero sólo tres minutos más tarde, en el 36, el colegiado señaló penalti en un derribo del propio Parejo sobre Diogo. Llamémosle ‘penaltito’, puesto que el luso se iba cayendo antes de sentir el contacto. Eso sí, el árbitro le perdonó la segunda amarilla al valencianista. Fue Bacca el encargado de recortar distancias en el luminoso a falta aún de todo un mundo.
Fue el momento en el que el encuentro entró en una fase de verdadera locura en la que quiso sacar tajada el Sevilla. Así, en el minuto 39, se señaló el tercer penalti del encuentro, segundo para los andaluces, en un derribo claro de Cancelo sobre Vitolo tras una sensacional triangulación sevillista. Pero esta vez Bacca alargó la leyenda del parapenaltis Alves, y es que el brasileño acertó la intención del colombiano, que lo lanzó a la izquierda del portero. Lástima porque ese gol hubiera significado todo un golpe de efecto antes de señalarse el tiempo de descanso.
Comenzaría la segunda mitad con una nueva polémica tras un presunto penalti cometido por Coke sobre Rodrigo y que el Jaime Latre podría haber pitado si lo hubiera visto. Las tensión la quiso aprovechar el Sevilla para aventurarse a por la igualada y Deulofeu pudo encontrarla en 52, aunque Diego Alves anduvo ágil de reflejos. Pero no tardó en responder el Valencia y de nuevo con atino. Era el minuto 55 cuando un horroroso despeje de Beto provocó otra contra letal que remató Javi Fuego tras pase de Rodrigo.
Sacó el armamento pesado Emery y los sevillistas volvieron a buscar el recortar distancias. Lo rozó en el 70 tras un buen centro de Gameiro que Denis Suárez remató con mucha clase, pero el esférico se marchó rozando el palo derecho del meta valencianista. Pero hay comenzó el declive de los nervionenses. Cansados y sin ideas se fueron estancando ante un Valencia que se dedicó a contemporizar el encuentro con control y velocidad.
Apenas generaba ocasiones claras de gol, a pesar de acumular varias llegadas desde el flanco derecho por el que Deulofeu intentaba en solitario hacer algo de daño. Pero el partido se fue diluyendo y los tres puntos terminarían quedándose en el feudo de Mestalla. Al final, lo peor la lesión de Krychowiak tras una durísima entrada de Gayá, que ni siquiera vio cartulina. Ya toca pensar en la Copa y una posible remontada que en ningún caso se daría si la defensa sigue como está.