Las dos últimas derrotas consecutivas, ambas trascendentales por lo que representan, han provocado que sin llegar a catalogarse como crisis se vuelvan a mover muy levemente los cimientos implantados por Unai Emery.
Dos partidos en los que la defensa ha hecho aguas encajando seis tantos en contra, tres en cada encuentro. Algo inverosímil e impensable antes de iniciar este tour por el levante español. Y es que si había un arma secreta en la fortaleza de este exitoso Sevilla ésta radicaba precisamente en la retaguardia. Pero Carriço no pasa por su mejor momento. Pareja no está ágil después de la lesión. Los laterales, cuando muestran su peor cara, son de nivel medio-bajo y en la medular Krychowiak comienza a echar de menos a alguien que se está tornando como imprescindible, el camerunés M'Bia.
Así, con una vuelta de cuartos de final de Copa del Rey en el horizonte, a miles de kilómetros una de las piezas claves aún debe esperar para conocer la fecha de retorno a la capital andaluza para recomponer el centro del campo.
Por ello, si bien Unai Emery y todo el club sólo tienen ojos para el choque vital del jueves, con un rabillo del mismo estarán muy atentos al resultado del trascendental encuentro que disputará Camerún en la Copa África. Y es que M'Bia podría estar de vuelta antes incluso de lo previsto, puesto que si este miércoles (19.00 horas) cae ante Costa de Marfil, rival de enjundia, Camerún hará las maletas antes de tiempo.
Para los intereses sevillistas es tan sencillo como que los marfileños derrumben a los cameruneses para que el héroe de Mestalla regrese a poner orden en la medular. Emery y los suyos no esconderían su satisfacción si mañana cae Camerún y es que el Sevilla comienza a necesitar a M'Bia como el comer para detener esta sangría de goles.