Poco queda de aquel Sevilla firme en defensa, casi inexpugnable en la retaguardia, con un muro por portería. Recibir 21 goles en 12 partidos resume a la perfección el nuevo concepto de fútbol ofensivo que Unai Emery ha implantado, a pesar de que éste no sea ni mucho menos de su agrado. Pero los 19 tantos sumados han llevado al equipo en estos dos últimos meses de competición a seguir muy vivos en Europa y a continuar peleando en tú a tú con el Valencia por la cuarta plaza.
Todo comenzó un 22 de enero en Cornellá. Era la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey y el Espanyol le endosó tres chicharros a un equipo poco acostumbrado a recibir. Desde aquella nefasta noche, los nervionenses han padecido una transformación integral en su estilo, que le ha llevado por ejemplo a sumar tres tantos en Anoeta y perder, marcar otros tres a domicilio en el temible Borussia Park de Mönchengladbach o a anotarle cuatro este fin de semana al Dépor para traerse los tres puntos de Riazor.
Pero claro, no todo el monte es orégano. Este jueve se abre la veda europea frente al Villarreal en octavos y Emery es sabedor que los amarillos están más que capacitados en ataque para golear a cualquiera. Por ello, el vasco pretende cerrar el grifo antes de que sea demasiado tarde.
Entrenamiento sin Carriço
El luso es el principal bastión de la zaga y del que se espera que reaparezca el jueves en El Madrigal. Ayer no se ejercitó, aunque hoy debe regresar.