“Muchas veces el tren equivocado terminó llevándome al lugar correcto”. Paulo Coelho, en El Aleph.
Esto de que alcaldes concilien su vida municipal con la familiar me resulta súper tierno. Súper. Ser alcalde a tiempo parcial porque hay que cuidar a los niños por las tardes es, insisto, dulce a reventar, como quien se merienda una caja de carmelas embadurnadas en azúcar glass. Claro que tienen derecho, faltaría. Es de entender que en algunos casos se hayan bajado tanto el sueldo que no se puedan permitir una ayuda externa, es probable que las ciudades requieran alcaldes a tiempo completo porque, en ningún caso, se detienen, es censurable que en las campañas electorales no advirtiesen al ciudadano de sus particulares circunstancias personales para que estos sepan lo que votan, y es, sobre todo, ridículo. Pero es lo que hay.
A Susana Díaz, presidenta, le sugieren colectivos que coja toda su baja maternal, los cuatro meses, por aquello de dar ejemplo de conciliación familiar. Asalta la duda de si la parcialidad laboral en cargos ejecutivos públicos de alta responsabilidad que exigen tiempos completos es razonable; es como lo de ser torero, todo el mundo no tiene mano izquierda, temple, arte y, sobre todo, valor para afrontar pitones y sería como, divago, pedirle al astado en plena faena que deje de embestir un rato porque toca ponerles la merienda a los niños, que están en el tendido. Claro que hay subalternos con capote, pero en los carteles promocionales nunca aparecen. El toreo es muy exigente.
Lo que viene. Salvo Antonio Sanz, que está como un niño con juguete nuevo en su delegación del Gobierno en Andalucía, todo el mundo se quiere ir de vacaciones. Agosto. La intensidad política de este primer semestre, dos campañas seguidas son mucho para el cuerpo, tiene al personal con el pensamiento en Babia, que es una comarca de la provincia de León. No es para menos. Septiembre traerá, primero, una comisión en el Parlamento sobre el asunto de la formación, que al PSOE-A tiene muy, muy inquieto por cuanto parece que la investigación judicial, tras las indagaciones realizadas por la UCO, de la Guardia Civil, y la UDEF, de la Policía Nacional, realizada en las ocho provincias de Andalucía, determinan que el modus operandi siempre fue el mismo: se concedían ayudas a empresas para la formación, se abonaba el 75 por ciento de las mismas y con el condicionante de no fiscalizar nada se dejaba de abonar el 25 por ciento restante, dinero que está por determinar dónde terminó. Y es mucho. PP, IU, Ciudadanos y Podemos han apoyado contra PSOE una comisión de investigación que refleja la minoría parlamentaria con la que gobierna Susana Díaz, situación no soportable que debe aguantar, al menos, hasta las generales que se celebrarán en diciembre.
Según parece, podría disolver Rajoy el 20 de octubre para celebrarlas el 13 de diciembre, con lo que la campaña sería en pleno puente de la Inmaculada y solo unos días antes de Navidad y, también, tras los datos de probable crecimiento de finales de noviembre. En todo caso, tras ello se resolverán muchas dudas, entre otras la política de pactos para España; si Rivera apoya a Rajoy y al PP en Madrid, es posible que compense a Díaz y al PSOE en Andalucía. Se verá el tamaño real de la fuerza emergente que representa Pablo Iglesias y, de ello, definirá su política de pactos en ayuntamientos, donde ha apoyado investiduras pero en general no ha querido entrar en gobiernos para evitar tiznarse de casta. Es decir, corrupción con formación y Gürtel, que será el asunto estrella contra el PP, más elecciones generales y consecuencias de ellas para comunidades autónomas y municipios. Es es el escenario para el segundo semestre de este intenso 2015. Por cierto, ¿nadie más tiene la sensación de que, de pronto, se ha desactivado la corrupción como asunto estrella en los diferentes espacios informativos como si alguien hubiese advertido del peligro social de continuar con esa tralla? De pronto, no hay más casos. Extraño.
En el PP, por otra parte y sobre todo, no se moverán mucho las filas, al menos hasta las generales. En Cádiz, la presencia de Teófila y Landaluce es segura entre los tres primeros al Congreso, a quienes acompañará el citado Sanz. Lo demás, lo probable, es que quede fuera. Pelayo seguirá en el Senado, está por ver si con intenciones de dedicar más tiempo a la capital de España para ir cediendo protagonismo en Jerez. Otros, como Alfonso Candón, también decidirán qué hacer cuando comprueben que se acabaron los viajes a Madrid. Finales de trayectos. Es lo que tiene ir en tren.
El Jardín. En abril de 2010 floreció el primero. Por tanto, cinco años desde entonces. Aquél era sobre Griñán y la remodelación de gobierno que anunciaba para la Junta; mucha lluvia caída. Este último año, desde Lo bonitas que son, han crecido, con el presente, 46, casi trescientos desde el primero. Muchos. Ojos críticos hubo, gente amable que denosta y, con ello, nutre como solo lo logra la crítica, ya que la alabanza es dulce y grata, pero engorda. Cada uno tiene sus hobbies y esta poda es divertida, instructiva, peligrosa... ¿Peligrosa? Lo es menos hacer la pelota, mucho menos, pero es que el lumbago no cede a la reverencia llegado a un extremo de inclinación y eso te señala como individuo sospechoso. Qué le vamos a hacer. Pero conste que es el lumbago, no otra cosa. Quisiera mayor elasticidad física, como la de esos contorsionistas capaces de doblarse hasta el punto de, casi, rozarse lo más íntimo... Y, conste, no le canto a la pureza como hacen tantos otros a Diario, nada de eso sé. Es solo lumbago.
La chica del tren, de Paula Hawkins, libro estrella del verano en ventas, relata un viaje repetido y el paso por el mismo camino a diario, las mismas casas y personas. Recomendable para las tardes de playa. Siempre me pareció que la sensación genuina de viajar la resume el traqueteo de un tren que sale de la estación con su habitual movimiento armónico, ese sonido mecánico rítmico y una ventanilla que muestra secuencias del escenario reciente de tu vida que va quedando atrás. La incertidumbre de si volverás a él o si, por contra, la próxima estación te invitará a vivir otra vida, en otros escenarios, a no volver atrás.
Vivir es como viajar en tren, de estación en estación, subes, bajas, vuelves o nuca más lo haces, pero siempre recuerdas el trayecto recorrido, las imágenes acumuladas que llegaron a través de ese cuadrado cristalino que es la ventanilla más próxima y que muestra cómo circulas por entre estaciones de paso. Identificar cuándo o dónde es acertado bajar. Buen trayecto y feliz descanso.
Bomarzo