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El calor castiga a los heladeros al disminuir los clientes de terrazas

El agobiante calor de las últimas semanas no ha beneficiado a los heladeros artesanos españoles sino todo lo contrario, ya que ha provocado la caída del número de clientes que se decide a pasar la tarde en las terrazas de sus establecimientos

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  • Degustación de los primeros -

El agobiante calor de las últimas semanas no ha beneficiado a los heladeros artesanos españoles sino todo lo contrario, ya que ha provocado la caída del número de clientes que se decide a pasar la tarde en las terrazas de sus establecimientos.

Así lo ha explicado a Efe el presidente de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos, José Luis Gisbert, organización con sede en Jijona (Alicante) y que cuenta con 420 asociados que, en conjunto, regentan más de un millar de heladerías en todo el país.

Según Gisbert, "el exceso es malo para todo y el calor agobiante no está ayudando porque hace que se empiece a vender más tarde cada día, al no haber quien se siente a determinadas horas en las terrazas".

Ha relatado que la temperatura idónea para los establecimientos especializados en helado artesano se sitúa hasta los 30 y 31 grados porque es un "calor paseable", es decir, que incita a dar una vuelta y a tomar algo refrescante.

A partir de esa sensación térmica, "no apetece salir a la calle y mucha gente prefiere quedarse en casa con el aire acondicionado puesto y tomarse algo de la nevera, aunque no sea lo que más le gustaría en ese momento".

En todo caso, Gisbert ha comentado que peor que el excesivo calor del reciente julio son la lluvia y el fresco, como ocurrió en muchas zonas de España hace justo un año.

Esto permite que la patronal confíe en que la facturación de este ejercicio pueda superar mínimamente la de 2014 pasando de los 250 millones de euros a unos 255, siempre que septiembre y octubre sean benignos.

Aunque la temporada se centra coincidiendo con las vacaciones escolares, de las fiestas de San Juan hasta mediados de septiembre, el mes más importante con diferencia es agosto, y se espera que, una vez más, no defraude.

Lo que no cambia son los sabores que triunfan: el chocolate, el turrón y el mantecado. "Esos siempre se venderán más porque una cosa buena no deja de serlo por muchas novedades que haya", según el presidente de los heladeros.

Las aportaciones de este año están más relacionadas con esos sabores clásicos con alguna variación en texturas, crujientes, mermeladas o siropes -"es fácil vender el tradicional al que añades algo más"-, más que por nuevas y "revolucionarias" variedades.

Una de las nuevas recetas que se han propuesto desde la patronal a los establecimientos asociados es un helado de mandarina, almendra cruda y aceite de oliva, aunque aún es pronto para conocer la aceptación.

"Cuesta introducir helados un poco más rompedores, como éste. Por ejemplo, el de Oreo se vende ahora mucho pero tardó entre dos y tres años en tener buena acogida porque mientras que el cliente se decide a probarlo y se acuerda de repetir... se tarda un tiempo", ha relatado Gisbert.

El sector da empleo a entre 7.000 y 8.000 personas en plena temporada y gran parte de los establecimientos se hallan en la Comunitat Valenciana, Andalucía, Cataluña, Murcia y Baleares, aunque en los últimos años se ha experimentado un auge en provincias del interior y norte del país.

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