El acceso al lugar donde se estrelló en marzo pasado el avión de la compañía Germanwings en los Alpes franceses se abrirá el próximo domingo, aunque el espacio exacto donde cayó permanecerá cerrado con una valla.
El alcalde de Prads Haute Bléone -municipio donde se sitúa el lugar de los hechos-, Bernard Bartolini, precisó en declaraciones al canal "BFM TV" que se va a tratar de gestionar esa apertura "de la mejor manera", en asociación con Lufthansa, el grupo alemán al que pertenece Germanwings.
"Habrá que reglamentarlo, abrir unas horas durante el día pero no forzosamente todos los días", añadió Bartolini.
Una gestión que debe responder a la voluntad de familiares de muchas de las 150 víctimas que fallecieron en el siniestro -todos los ocupantes del aparato-, que han manifestado su deseo de acudir.
Junto al camino de acceso que lleva al puerto de Mariaud donde cayó la aeronave se ha levantado un monumento en homenaje a los muertos. Pero la zona precisa donde se estrelló seguirá siendo inaccesible, protegida por una valla, según el periódico "Le Dauphiné Libéré".
Esta apertura es posible porque hace diez días se realizó el último traslado en helicóptero de las 800 toneladas de todo tipo de residuos que se han evacuado, lo que incluyó tierra y rocas salpicadas por el queroseno del Airbus A320.
Según los datos disponibles, fue uno de los dos pilotos, Andreas Lubitz, el que estrelló voluntariamente el avión, que realizaba un trayecto entre Barcelona (España) y Dusseldorf (Alemania) el 24 de marzo. La mayor parte de los viajeros eran españoles y alemanes.