Fosfoyesos por tierra, que en ella están, por mar, al que se filtran, y ¿también por aire? Esta basura industrial ha sido ya objeto de un gran número de investigaciones en busca de catalogar lo más cercanamente posible qué habita en esas balsas creadas por Fertiberia en la marisma onubense y cómo influyen en el entorno, pero, tal y como refleja esta nueva investigación, “hasta la fecha no se ha realizado un estudio profundo sobre las implicaciones de los depósitos de fosfoyesos en la calidad del aire”.
Es lo que pretende descubrir la Unidad Asociada CSIC-UHU de Contaminación Atmosférica que, bajo la tutela de su investigador principal Jesús Damián de la Rosa, está inmersa en un estudio que puede ser determinante a la hora de concretar qué hacer con los fosfoyesos en Huelva. Financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, el proyecto, denominado ‘Evaluación del Impacto a la atmósfera e implicaciones en la calidad de la aire de lixiviados ácidos en depósitos de fosfoyesos’, trata de determinar en qué medida los residuos industriales químicos depositados por Fertiberia en la marisma onubense influyen en la calidad del aire. Los primeros resultados están previstos para febrero de 2016.
Investigación iniciada
Como explica De la Rosa a Viva Huelva, este proyecto en particular arrancó oficialmente el pasado 1 de agosto, y con él “queremos ampliar un primer estudio que llevamos a cabo de marzo de 2014 a marzo de 2015 que va en relación con el proyecto de olores de la consejería”.
Resumiendo someramente, el objetivo principal de esta investigación es el siguiente: “Descubrir cómo los fosfoyesos influyen en la calidad del aire de Huelva, con equipos de alta resolución y tratar de tener resultados casi de hora en hora”. Estrictamente, el proyecto señala los siguientes objetivos generales: “evaluación del impacto de la evaporación de grandes volúmenes de lixiviados ácidos procedentes de fábricas de fertilizantes en la calidad del aire; caracterización de escenarios meteorológicos con alto riesgo de impacto en la ciudad; y crear una lista de recomendaciones con objeto de minimizar el impacto de los depósitos de lixiviados ácidos y eflorescencias en la calidad del aire”.
Evaluación
En las observaciones de la comisión de evaluación del Ministerio de Economía y Competitividad a la hora de dar el visto bueno al proyecto, hay dos aspectos especialmente llamativos. Por un lado, la influencia que este trabajo puede llegar a tener en la restauración de las balsas: “Si se inician las actividades de regeneración durante la ejecución del proyecto, se alterarían de tal forma las condiciones del entorno que el proyecto se convertiría ‘de facto’ en un sistema de monitorización ambiental del proceso de regeneración, por lo que se deberían reformular sus objetivos”.
Asimismo, desde el ministerio indican que “los resultados de la propuesta pueden resultar muy interesantes para obtener evidencias científicas que ayuden a técnicos y políticos en la adopción de medidas para manejar de forma inteligente y respetuosa con el medio ambiente unos residuos de alto impacto ambiental”.