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La tribuna de Viva Sevilla

Hablando de incentivos, señor Marina...

No quiero imaginar algo diferente a que, en el Libro Blanco, recomiende usted al ministro garantizar que todas las partidas lleguen a los centros educativos en tiempo y forma. Sobre todo para que no se den casos como los actuales, donde los centros no tienen dinero ni para bolígrafos.

Tengo que reconocer que me he pensado mucho si escribir este artículo o no. Tengo que reconocer que me ha dado miedo  atreverme a responderle a  José Antonio Marina. Pero finalmente he dado el paso. Así que allá voy.

En primer lugar, me acabo de enterar que en breve se va a publicar el Libro Blanco sobre el que se va a negociar un futuro Pacto de Estado por la Educación. Y eso me parece bien; alguien lo tiene que hacer.


Sin embargo, me sorprende una vez más uno de los aspectos que vuelven a salir a la palestra, y no es más que aquello de que “hay profesores buenos y profesores malos”.  Evidentemente, negar que existan profesores “malos” dentro del colectivo docente que se cifra en alrededor de un millón en España sería negar la mayor.


Pero, ¿de verdad piensa, señor Marina, que con incentivos económicos haría mejores profesores? Pues déjeme decirle que está equivocado de los pies a la cabeza.  Supongo que lo quiere usted decir es que los profesores están desmotivados, y si los incentivamos con dinero, de repente van a ponerse las pilas. Pues vuelvo a decirle, señor Marina, que sigue usted equivocado si así es cómo piensa. Le voy a explicar por qué.


En primer lugar, espero que en el Libro Blanco vengan algunas recomendaciones previas dirigidas al ministro, recomendaciones que explicarían estos porqués.


Hablando de dinero, espero que en el Libro Blanco recomiende usted al ministro devolverles a los profesores todo lo recortado en materia retributiva. Esto no es ningún incentivo, sino simplemente aquello que nos han quitado. Con esta medida ya estaríamos un poco más motivados, señor Marina.


Espero que en el Libro Blanco recomiende usted al ministro bajar las ratios de alumnos por clase.  Como bien sabe usted, no es lo mismo enseñar a la vez a veinte que a treinta y cinco. Señor Marina, ya va subiendo mi motivación.


Espero que en el Libro Blanco recomiende usted al ministro medidas para que los profesores vuelvan a ser respetados por el resto de la comunidad educativa, incluido los políticos. Ya con esto creo que muchos docentes empiezan a sonreír, señor Marina.


No quiero imaginar algo diferente a que, en el Libro Blanco, recomiende usted al ministro garantizar que todas las partidas presupuestarias lleguen a los centros educativos en tiempo y forma. Sobre todo para que no se den casos como los actuales, donde los centros no tienen dinero ni para bolígrafos. Señor Marina, no sabe cuánto alegraría esa medida a los profesores. Yo los voy viendo más motivados, ¿usted no?


Ni que decir tiene que espero que en el Libro Blanco recomiende usted al ministro que todos los profesores tengamos sistema de climatización en las aulas. Me refiero a un aire acondicionado para épocas calurosas. ¿Sabe usted el calor que hace desde abril en Sevilla con treinta y cinco alumnos en un aula? Le invito a comprobarlo, y a darles clase, claro. Por cierto, el otro día fui a consulta de mi médico de la Seguridad Social, y él si tenía aire acondicionado. ¿Por qué ni mis alumnos ni yo tenemos en clase? Aquí he de decirle que sí existen aulas que lo tienen, gracias a las Asociaciones de Madres y Padres. Quizás al médico se lo han puesto las Asociaciones de Pacientes. Preguntaré, y si es así, eso lo puede quitar del Libro Blanco.


Éstas son sólo algunas recomendaciones que espero leer en el Libro Blanco, señor Marina. Pero, sin embargo, no quiero despedirme sin alguna que otra recomendación que me apuesto a que seguro que no la ha recogido.


¿Por qué no recomienda al ministro que para ser alto cargo de Educación haya que haber sido profesor? Llámeme loco si quiere, pero no estaría mal.


¿Por qué no recomienda al ministro que, para ser ministro de Educación, sea requisito haber pisado aulas de educación infantil, primaria y secundaria al menos? Mire usted, señor Marina, es más que nada para saber el frío y el calor que hace en ellas…


Por cierto, y ya termino, podría recomendar al señor ministro que recomendase al señor presidente del Gobierno diseñar un Libro Blanco para los políticos. Me ofrezco a aportar propuestas. La primera de ella podría ser… déjeme que piense… ¡Ah sí! Que los políticos cobren en función de la consecución de objetivos y de su rendimiento… Con la cantidad de dinero que nos ahorraríamos podría pagar ya todo lo anterior durante décadas...


Un saludo, señor Marina.
Esperamos su visita a las aulas de Infantil, Primaria y Secundaria de Andalucía.

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