Pepe el de El Deán se cuela con una caja de cazón en adobo, chocos y croquetas, el resto pone la cervecita o el refresco de rigor, alguno sale a las diez de trabajar y llega con el tiempo justo. “¿Cómo está tu mujer?”, “quillo faltan diez papeletas del sorteo de Navidad por vender”, “el patilla no me coge el teléfono”, “no tiene, se le ha estropeado”. Y así cada lunes y cada jueves desde hace quince años. El Carnaval es una excusa, pasar dos horas y media como una familia entre bromas y risas, desconectar, lo primordial.
Quince años, que se dicen pronto, se cumplen desde que cuatro socios del Club La Salina se sentasen sobre una mesa y decidiesen sacar una chirigota para actuar cada Carnaval en el propio club, pero con el paso de los años y con la incorporación de grandes carnavaleros de La Isla, algunos de ellos con premios en el Falla a sus espaldas, se han ganado un sitio en el Carnaval más canalla, el de la calle. Con la autoría de Ignacio Rodríguez, uno de los fundadores, y la música de Vicente Alba Tete este año se presentan como Una obra romántica y hasta ahí se puede leer para guardar el factor sorpresa hasta última hora.
Jordi, Pepe El Deán, Alberto, Rubén, El Tigre, Mané, Javi, Tete, Pati, Santi, Juan e Ignacio son los integrantes de una agrupación que en años anteriores ha callejeado por Cádiz y La Isla con nombres como La Hermandad del Puño -con la que ganaron el pasado año el premio Manuel Fonoy del Círculo de Artes y Oficio-, Mi madre no tuvo la culpa, Te toco lo que tú quieras o Aquí te pillo, aquí te mato.
Buenas voces y el ánge de muchos ellos hacen que durante la semana de Carnaval, y sobre todo en Cádiz, hayan ganado adeptos estos últimos años y se hayan abierto un hueco en el Carnaval callejero.
El autor de la agrupación, Ignacio Rodríguez, da las claves para saber porqué después de quince años la chirigota del Club La Salina sigue echando buenos ratitos. “El Carnaval es un veneno muy grande y yo particularmente cada vez que terminamos me planteo no volver a salir, pero en cuanto termina el verano volvemos a vernos y otra vez vamos al lío. Esto no es una chirigota, es una gran familia y los que las formamos estamos todos muy integrados, ya llevamos juntos unos añitos”. Al respecto, y dentro de ese ambiente familiar que se respira en la chirigota, dice que “aquí hemos visto nacer hijos, celebrado bodas, bautizos y comuniones”.
Pasarlo bien
El autor reconoce que recibir premios de vez en cuando, como el Fonoy el pasado Carnaval, es algo reconfortante, pero que tampoco es ese el objetivo. “Tenemos la suerte de caer bien y gustar, nos sigue la gente, sobre todo en Cádiz, pero lo importante es que nosotros disfrutemos con lo que hacemos. Los premios es cierto que están bien y trataremos de revalidarlo de nuevo este año, pero no se trata de eso”.
Quizás por el hecho de disfrutar y pasárselo bien es por lo que no tienen intención de dar el paso y concursar en el Falla, pese a que mimbres, y muy buenos, tienen para ello. “Es un salto importante y es cierto que hay gente que quiere ir dentro de la chirigota. Pienso que es un sitio sagrado y merece mucho respeto. A veces veo agrupaciones que hacen que sienta hasta un poco de vergüenza. Insisto en que es un sitio sagrado para los gaditanos”, afirma Ignacio, quien asegura que la agrupación de las quince que llevan y que más ha calado ha sido la de Aquí te pillo, aquí te mato y su tipo de cazadores.
Aunque reconoce los buenos mimbres con los que cuenta en la chirigota. “Aquí hay algunos chavales que se puede decir que están consagrados y con premios en el Teatro Falla, que se dice pronto, pero que tras saborear las mieles del Falla han apostado por retirarse, en cierta medida, matando el gusanillo aquí con nosotros”.
En cuanto a la semana de Carnaval y para encontrarlos en Cádiz, cada lunes están en la plaza de Las Flores, los miércoles en el Pópulo y el viernes en La Viña y, sobre todo, en la Plaza Pinto “que es un sitio espectacular y donde desde hace tres años cerramos las actuaciones con un público volcado. Tenemos gente que nos sigue y en el facebook de la chirigota nos van preguntando por dónde vamos a estar”, indica el autor.
“El Carnaval en la calle se te mete en la sangre y no hay quien te lo quite. Cádiz es la cuna, aunque San Fernando tiene su Carnaval que se vive de otra manera, pero cuando estás allí a doce kilómetros y ves que la gente te escucha, está contigo hace que te sientes un poco artista y eso a nosotros nos llena de satisfacción”, declara Ignacio.
Club La Salina
Por último, Ignacio Rodríguez se deshacía en elogios hacia el Club La Salina que durante quince años se ha volcado con ellos en todos los sentidos para que cada año puedan salir a la calle. “Al club le debemos todo, la agrupación nació aquí y si algún día tiene que morir dentro de muchos años, morirá aquí. Nos abren las puertas cada año y está claro que si no fuese por el club esta chirigota no podría salir”.