En dos fases, con un millón y medio de presupuesto del que, para empezar, se invertirán 658.796 euros, y a medio y largo plazo, pues se estima que el proyecto completo no esté ejecutado hasta el 2018.Así será la metamorfosis que el Ayuntamiento pretende acometer en la Plaza Belén, la ‘sede natural’ de la frustrada Ciudad del Flamenco a la que el Gobierno local socialista ha renunciado por considerarla inasumible. El objetivo es convertir este espacio abandonado y desolado donde ahora no hay más que vallas y matojos en una plaza pública gigante de casi 3.000 metros que albergará un auditorio al aire libre, además de distinto mobiliario urbano y arbolado, con la que el Consistorio quiere ser ambicioso para convertirla en un “revulsivo” que arrastre a todo el centro histórico.
Este es el “final feliz” que esperan tanto vecinos como los propios gestores, en una nueva intentona por recuperar este espacio, por lo que el verdadero éxito será “meter mano” a esta plaza. Así lo reconoció ayer el propio director de Urbanismo, Benito García Morán, quien admitió ayer en el acto de presentación del proyecto que presidió la alcaldesa, Mamen Sánchez, acompañada del delegado de Urbanismo, Francisco Camas, haber perdido la cuenta de los proyectos que se han elaborado a lo largo de las últimas dos décadas para este enclave.
El Ayuntamiento quiere que esta vez sea la definitiva, y por eso ha fijado un planning que empezará a concretarse con la limpieza del solar y la reforma completa de las calles perimetrales de este espacio público, que permanecen cortadas o en desuso desde hace años debido al mal estado en que se encuentran por culpa de las obras que se llevaron a cabo en la plaza y que quedaron paralizadas. En concreto, se trata de reordenar Barranco, San Honorio, Tres Caídas, Rompechapines y Luis de Isasi, en las cuales se proyecta una reforma integral debido a su actual estado de deterioro, y Doctor Lillo, que está actualmente en terrizo y por tanto se prevé la ejecución de una pavimentación como plataforma única. Hasta la fecha, según precisa el director de Urbanismo, las citadas vías están cortadas o infraurbanizadas, “por lo que esta actuación permitirá, además de abrirlas a la circulación, recuperar el frente de diversas fincas que se adquirieron en su momento con las expectativas que hubo, ampliando así las posibilidades de ponerlas en uso”, explicaron.
Estas obras contemplan además la ejecución de las infraestructuras de servicios básicos, alumbrado público, red de saneamiento, dotación de abastecimiento y riego, así como mobiliario urbano acorde con el entorno de centro histórico en que se ubican. La pregunta de millón, de nuevo, vuelve a estar relacionada con los plazos de ejecución. Ayer, una vez más, en Urbanismo se mostraron cautos, cuidándose mucho de dar fecha de inicio. En cualquier caso, lo que sí aclaró García, es que las obras de la primera fase extenderán entre ocho y diez meses una vez que empiecen. Después tocará dotar de contenido a la Plaza y reordenarla. Que se inicien ya será un paso de gigante.