La Guardia Civil investiga actualmente la desaparición de una pieza de yesería de 50 por 25 centímetros supuestamente sustraída de una "buhardilla" de los Reales Alcázares de Sevilla, declarados Patrimonio de la Humanidad, antes de finales de mayo de 2013, dado que fue entonces cuando fue detectada la ausencia de este trozo de yesería.
El alcaide del Real Alcázar, Bernardo Bueno, ha informado a Europa Press que la Guardia Civil investiga la desaparición de esta pieza, a cuenta de la denuncia del anterior director del recinto palaciego, como ha adelantado el diario 'ABC'. En concreto, y según Bernardo Bueno, se trata de una pieza de yesería "sin pintura" de 50 por 25 centímetros enclavada en una suerte de "buhardilla" de "difícil acceso" localizada en el palacio de Mudéjar o del Rey Don Pedro. Para más detalle, se trataría de un espacio ubicado entre las vigas de la techumbre y el tejado.
Es, por tanto, un espacio "absolutamente fuera" del circuito de las visitas turísticas, toda vez que la pieza, al no contar con pinturas, sólo tiene valor "histórico". A juicio de Bernardo Bueno, la pieza, que habría sido "partida" para arrancarla de su ubicación original, habría sido robada por "alguna persona conocedora del Alcázar e interesada en este asunto", quizá algún "investigador".
"LISTADO" DE PERSONAS
Dado el caso, la Guardia Civil cuenta con un "listado" del "bastante" amplio número de personas que en los tiempos previos a mayo de 2013 accedió a dicha "buhardilla", dado que dicho espacio fue objeto de actuaciones de conservación o visitas de inspección. Según el Patronato del Real Alcázar, a dicho espacio "sólo pueden acceder investigadores y operarios de las empresas que trabajan con el Real Alcázar".
La directora actual del Real Alcázar, Isabel Rodríguez, ha realizado ya para la Guardia Civil una valoración precisa de la pieza de yesería, que pese a su excepcionalidad histórica, artística y patrimonial, "pierde gran parte de su valor extraída de su entorno y contexto". En paralelo, los agentes habrían interrogado a trabajadores y guardas del recinto palaciego, en una investigación para la que se habría solicitado "la máxima confidencialidad y discreción".
Actualmente, de cualquier modo, está controlado el acceso a este tipo de zonas del Alcázar, incluso para investigadores acreditados que siempre van a acompañados con responsabilidad directa sobre los elementos.