Los viñistas sanluqueños no dan crédito a lo que la climatología de las últimas semanas ha provocado en el campo. “Esto es la ruina”, asegura uno de los propietarios de los viñedos existentes en el conocido como pago Maína. Allí, de las más de 600 aranzadas dedidacas a la producción de uva palomino, están afectados la práctica totalidad de los viñedos. El responsable es el mildiu, un hongo que afecta a los tallos verdes de la vid, y que ha acabado con cualquier posibilidad de ingresos en esta próxima vendimia.
Las intensas y constantes precipitaciones registradas en las últimas semanas -llegándose a recoger alrededor de 240 litros de agua en algunas zonas - unida a las altas temperaturas que se han dado a continuación, han provocado las condiciones idóneas para que el hongo se reprodujera afectando a la mayoría de la uva que empezaba a cuajar.
De momento, entre el 50 y el 70% de la superficie de cultivo destinada a viñedo, que en Sanlúcar asciende a unas 800 hectáreas, está afectado por el hongo, “pero aún no ha terminado”, explica Miguel Pérez, secretario provincial de COAG. Sólo un fuerte viento de levante podría detener la plaga, pero el hongo continúa proliferando en la planta gracias a la humedad que registran los pagos durante la noche y las altas temperaturas que se alcanzan durante el día, rondando los 38 grados esta semana.
Entre las zonas más afectadas se encuentra el pago Maína, los viñedos próximos a Martín Miguel y el pago Miraflores, en Sanlúcar. en Trebujena también se ha extendido a gran parte del viñedo, estando actualmente el 30% de las cepas afectadas por este hongo. También hay zonas afectadas en Rota y Chipiona y, en menor medida en El Puerto de Santa María, Jerez, Puerto Real o Chiclana, aunque “muy levemente”.
Además, los tratamientos que los viñistas han aplicado para combatir al mildiu “no sirven para nada”. “El hongo ha entrado igual en las plantas que estaban tratadas y en las que no”, apunta el perito Luis Mateos.
Para los viñistas “los productos que se venden hoy en día no valen para nada y son muy caros”. Dos kilos de sulfato han costado a Coqui, uno de los viñistas de Maína, 140 euros. “Es un año entero de trabajo tirado, además de todo lo que llevamos gastado en productos que nos habían dicho que funcionarían y no ha sido así. El mildiu sigue vivo y se sigue propagando”, señala lamentando las consecuencias de esta plaga sobre el campo.
Pérdidas millonarias
Se calcula que las pérdidas pueden ser millonarias para los viñistas sanluqueños. Algunos de ellos, como los del pago Maína, tienen varios esquimos pendientes de cobrar por parte de la Cooperativa Virgen de la Caridad y una campaña en balde, como la que se presenta, no hará más que empeorar la situación.
Uno de los viñistas afectados calcula que este año perderá en torno a 18.000 euros. El año pasado recogió 40.000 kilos de uva y este año apenas podrá llegar a mil con los pocos racimos que quedan en la cepa.
Con todo, los viñistas temen que “el monopolio de las grandes bodegas” recurra a otras zonas para compar uva “que venden aún más barata”, por lo que “no habrá falta de uva en el Marco este año”.
Ante esta situación piden a la Administración que sea “sensible” con los viñistas y que “en lugar de ayudar a las grandes bodegas, nos ayude a nosotros que somos quienes mantenemos la actividad vitivinícola en la zona”, explica Manuel, otro de los viñistas afectados.
Desde COAG ya han trasladado esta situación a la Junta de Andalucía, en una reunión celebrada el pasado lunes entre los siete responsables de las cooperativas del Marco de Jerez y miembros de la delegación territorial de Agricultura. Según explica el secretario provincial de COAG, se va a trabajar en la línea de subvenciones para la contratación de seguros, si bien esta opción no convence a los viñistas, que sostienen que “no hay beneficios en la viña para poder hacer frente a un seguro” y que, además, se trata de una situación puntual”. Circunstancia que corrobora Miguel Pérez: “Aquí no hay cultura de seguro”.
De momento, se ha solicitado a la Junta de andalucía que los peritos de la delegación de Agricultura levanten informes para que la situación “sea oficial y a partir de ahí ponernos a trabajar en líneas de ayudas como la de reducción de módulos por pérdidas superiores al 30%, que tramita el Estado.
