El parte médico emitido por los servicios médicos de la plaza de toros de Teruel desvela que la muerte de Víctor Barrio, certificada a las 20:25 horas de la tarde, se ha debido a una "perforación del pulmón derecho, rotura de la aorta torácica con disección posterior hasta hemitórax izquierdo".
El parte, que firma la cirujana del coso turolense Ana Cristina Utrillas Martínez, recoge literalmente lo siguiente:
"Certifico la muerte del torero Víctor Barrio Hernanz, a las 20.25 horas, tras sufrir cornada en tórax derecho. Se realizan maniobras de resucitación cardiopulmonar con intubación orotraqueal. Se realiza toracotomía derecha, apreciando perforación del pulmón derecho, rotura de la aorta torácica con disección posterior hasta hemitórax izquierdo", describe el parte de defunción del joven segoviano, de 29 años.
La cirujana del coso ha explicado, en declaraciones a los periodistas en Teruel, que, tras la cogida, el diestro entró en parada cardiaca en la enfermería del coso, donde se le practicaron maniobras de reanimación con intubación y se le hizo una traqueotomía de urgencia.
En ese momento, "se apreció que era una cornada mortal", ha afirmado la cirujana, que ha concluido diciendo: "No se ha podido hacer nada".
Barrio estaba inmerso en la faena de muleta al tercer toro de la corrida de hoy en Teruel, de la ganadería de Los Maños, cuando el animal, de nombre "Lorenzo", se le vino al cuerpo, le derribó y, una vez en el suelo, volvió a hacerse por él metiéndole el pitón por debajo de la axila derecha y apretando su cuerpo contra la arena.
Inmediatamente fue conducido a la enfermería de la plaza, donde, según fuentes presenciales, entró con la mirada perdida y prácticamente sin vida. Los galenos no pudieron nada más que certificar su defunción pocos minutos después.
La muerte de Víctor Barrio es la primera acaecida en España en lo que llevamos de siglo.
Las muertes de los toreros Francisco Rivera "Paquirri" (Pozoblanco, Córdoba, 1984) y José Cubero "Yiyo" (Colmenar Viejo, Madrid, 1985), así como las de los banderilleros "Manolo Montoliú" y Ramón Soto Vargas (ambas en 1992), fueron las últimas muertes en ruedos españoles.