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Jerez

Recordando el ticket obrero

Si te montabas en el autobús antes de las 8 de la mañana te daban un ticket llamado obrero que te servía para regresar posteriormente gratis

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Entre las muchas dedicaciones que se hacen en el calendario de ahora, bien por modernismo, bien por marketing, como   los días del padre, de la madre, de la suegra, del suegro, del nieto, de la mujer trabajadora o de todo aquello  que ustedes quieran también está el día de la movilidad, que aquí en Jerez no pero en muchos otros lugares de nuestra propia provincia, y obviamente del resto de este país que se sigue llamando España, produjo unos atascos monumentales como si la gente se fuese a concienciar por ello de que hay que coger los servicios públicos o que hay que ir a la oficina en bicicleta o andando.

Aquí en Jerez, como otros años, el autobús urbano era de gañote, no se pagaba y como eso de ir a los sitios sin rascarte los bolsillos es algo que nos encanta, los autobuses estaban de bote en bote, fundamentalmente en las horas puntas. Algunos, claro, hasta aprovecharon  para darse dos o tres vueltas y conocer sitios como La Marquesa que a lo peor no habían visto en su vida o llegar hasta Nueva Andalucía o a la llamada Avenida del Colesterol.

!Hay que ver como ha crecido Jerez! que dirían algunos de los más veteranos del lugar. Y uno, por no ser menos, también se montó ese día en el autobús. No fue por la movilidad, lo aseguro, sino por necesidad y cuando fui a pagar el conductor-cobrador me dijo que era gratis. Mejor que mejor. Era temprano y en esos momentos en el vehículo iba casi nadie, dos o tres pasajeros, y recordé aquellos tiempos gloriosos de autobuses llenos antes de las 8 de la mañana, porque había trabajo, y aquel ticket obrero que servía para que el regreso a casa fuese gratis.

Entonces había conductor y cobrador, se entraba por la puerta de atrás y a veces los autobuses en paradas, como Santo Domingo, pasaban de largo porque la gente iba como metida en latas de sardinas y no había sitio siquiera para que se colase una aguja. Eran otros tiempos de ese Jerez de los años 70 que no volverá. Era otro Jerez, era otra sociedad,  era otra forma de vivir y de pensar, eran otros tiempos, ni mejores ni peores, pero ciertamente diferentes. Tan diferentes que había trabajo, ese que ahora desgraciadamente tanto escasea.   

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