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Jerez

Bustamante, la locura de tres generaciones

El cantante cántabro y uno de los ‘triunfitos’ más queridos hizo vibrar al Teatro Villamarta en uno de los conciertos más esperados de la temporada

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  • David Bustamante, entregado. -

Su carrera empezó hace 15 años de la mano de Operación Triunfo, donde muchas jóvenes que hoy son madres, y muchas madres que hoy son abuelas le descubrieron. Ahí empezó todo para David Bustamante, uno de los concursantes más carismáticos, además de por su vozarrón, por los nervios y la intensidad con los que vivió su participación en este programa con el que este año se reencuentra. La misma pasión y carisma que la noche del sábado demostró sobre las tablas del Teatro Villamarta en uno de los conciertos más esperados de la temporada.


Su gira “Amor de los dos”, con versiones de los boleros y canciones mexicanas “con las que crecí porque me las ponía mi padre” le trajo por primera vez al Teatro Villamarta, que no a Jerez, arropado por sus fans desde distintos puntos de España y por algunas incondicionales como una chica que vino desde Toledo para celebrar su cumpleaños escuchándole en directo.


Fueron casi dos horas intensas en las que el cantante de San Vicente de la Barquera regaló además de los oídos, anécdotas memorables en una actuación en la que fue de menos a más, creciéndose a medida que avanzaba el concierto cuando cambió los clásicos Bésame mucho o Se te olvida por su repertorio de baladas y canciones que muchos y sobre todo muchas han bailado a lo largo de estos 15 años con una exquisita puesta en escena. Lo hacía algo acatarrado, lo que no le impidió presumir de vozarrón, bebiendo mucha agua -él mismo llegó a bromear- y secándose el sudor constantemente con una toalla que luego daría mucho juego. 


Ahí ya llevaba la chupa después de haberse cambiado antes hasta en dos ocasiones, dejando su elegante traje de chaqueta para sus boleros para luego decantarse por un look más cómodo y acorde a los bailes que se marcó sobre el escenario, desatando la locura de madres, hijas y nietas.


Por supuesto no pudieron faltar éxitos como Vivir, Cobarde, su pegadizo Feliz, un cántico al optimismo, que tanto gusta,  y hasta un guiño a sus inicios con una de las canciones favoritas de su paso por OT, Por el amor de una mujer, y que a buen seguro volverá a cantar a duo con Alex el próximo 31 de octubre en el concierto del reencuentro de OT.


Nadie como Busta, como cariñosamente le conocen, es capaz de interrumpir el concierto para firmar discos a unas fans que le dieron trabajo a los vigilantes de seguridad, o dedicarle a Lucía el tema de Serrat o llevarse  las manos a la cabeza antes de regalar una de sus toallas a sus seguidoras: “¡pero si está sudada!”, llegó a decir. La cosa casi se va de las manos hasta que él mismo no dudó en mandar a “cada una a su sitio” entre risas para seguir cantando cuando el público empezó a impacientarse.


Como siempre, el público respondió a su generosidad en pie, cantando y bailando, y tocando las palmas por bulería, como no podía ser de otra manera, demostrando que en esta tierra “hay gente bonita de verdad”.

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