“Esta situación empieza a resultar un poco preocupante y agobiante”. Son palabras de una vecina del entorno de Plaza Vargas que junto con otros residentes lleva años reclamando activamente “que se cumpla la normativa” a la hora de regular la actividad de los bares de copa de la zona. Así reza en las pancartas que hay desplegadas en varias fachadas y en los avisos que ella misma da a la Policía Local, cuando se tercia, ante las concentraciones de personas fuera de la calle hasta altas horas de la madrugada y los problemas para compatibilizar el ocio y el descanso. Una situación que, según advierte, volvió a darse el pasado martes, cuando “hubo jaleo en la plaza” y decidió llamar al 092. Tiene claro que no puede demostrar nada, pero a los rayones con cruces que ya presenta la madera, se suman los huevos que alguien estampó contra la puerta de su casa la noche de ayer. Unos hechos que va a denunciar en Comisaría “para que quede constancia de lo que está pasando aunque no pueda dar un nombre”, aseguró a este periódico.
Ya hubo otra vecina que también reivindica su derecho al descanso a la que le lanzaron piedras a su terraza que denunció los hechos en Comisaría, y esto junto a otros episodios que han vivido ellas y otros vecinos, que incluyen amenazas en sus propios negocios, les lleva a pensar a que podría tratarse de actos en represalia a sus denuncias. “Aquí cualquier día va a pasar cualquier historia y hay que evitar situaciones desagradables porque esto que me ha ocurrido a mí puede que se lo hagan a otro y que no le coja tan tranquilo”, manifiesta.
Tiene claro que los problemas que están sufriendo “no son cuestión de civismo” sino que responden a una situación “incómoda” motivada, a su parecer, porque el Ayuntamiento “no hace que se cumpla la normativa”.