Dentro de sus escasos recursos, el Ayuntamiento de Arcos ha tenido a bien colaborar con la congregación de las Madres Mercedarias, cuyo convento, ubicado en la plaza Boticas del casco antiguo, requiere pequeñas tareas de mantenimiento en su histórico edificio, que data del siglo XV. Azulejos desprendidos, bolsas de humedad y otros desperfectos que, ciertamente, requerían una puesta a punto; tareas, en todo caso, que bien ha agradecido la comunidad de religiosas.
La mediación del conocido cofrade de la hermandad de San Antonio Manuel Iglesias ha sido fundamental para que esta ayuda institucional llegue a las madres mercedarias. Con tal motivo, una pequeña comitiva dirigida por el alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, se trasladó hasta el convento, que ciertamente muy pocos arcenses conocen por su carácter de clausura. Allí pudo comprobar junto a los delegados de Urbanismo y Fomento, Manuel Garrucho y Ana Carrera, además del citado cofrade, el estado del inmueble, donde destaca un hermoso patio rodeado de flores y plantas, y la amplia cocina-obrador donde las monjas elaboran sus riquísimos dulces. Según el alcalde, coincidiendo con la última cabalgata de Reyes Magos, el Gobierno municipal fue testigo de las necesidades de reparación del edificio. Con motivo de la cabalgata, reyes magos y equipo de Gobierno realizaron una visita a estas instalaciones y a otros centros sociales dedicados al cuidado de los mayores, en el caso del Residencial Lago de Arcos, hospital de San Juan de Dios y Asilo de La Caridad.
La aportación del Ayuntamiento a estas obras será en concepto de mano de obra, colaboración que queda justifica, en palabras del propio alcalde, con la inconmensurable tarea social que desempeñan las monjas mercedarias. El edificio de las monjas se fundó como convento de la orden de las Mercedarias Descalzas en 1642 gracias a la donación de Doña Beatriz de la Calle. El Altar Mayor de su capilla, de estilo barroco, muestra una imagen de Nuestra Señora de la Merced y otra de San José. También es interesante admirar un Niño Jesús de la Roldana; es decir, de Luisa Roldán, la primera escultora reconocida en la corte de la época.
