El conflicto de los bomberos en Málaga ha derivado en un ‘tira y afloja’ diario entre la plantilla, encerrada desde el pasado 29 de diciembre y a punto de convocar una huelga indefinida, y el equipo de Gobierno popular, que no ha sabido frenar las protestas que arrancaron en noviembre con las primeras banderas piratas. El edil de Seguridad, el popular Mario Cortés calificó ayer las movilizaciones del colectivo, que exige el cese del jefe del Servicio, José Cruz Romero, como “vandalismo” y alertó que algunas de las actuaciones “pueden estar tipifcadas en el Código Penal”.
“Todo es negociable, pero la razón se pierde con las formas y ha habido actuaciones que no se pueden tolerar”, apuntó el edil de Seguridad, Mario CortésLa batalla por un mejor servicio en Málaga ha llenado de carteles y pintadas parques y vehículos de la ciudad, dando lugar a varios expedientes disciplinarios que podrían provocar sanciones o llegar hasta los tribunales. “Todo es negociable, pero la razón se pierde con las formas y ha habido actuaciones que no se pueden tolerar”, apuntó.
Lejos de amainar el fuego, la ausencia de Cortés y el regidor popular, Francisco de la Torre, en la última de las reuniones, este martes 14 de febrero, tal y como acordó la comisión de Seguridad esta semana, ha aumentado la crispación. “Estamos dispuestos a negociar siempre que se respete lo aprobado en la comisión y en el pleno”, aseguró la plantilla en un comunicado.
Entre las reivindicaciones, la elaboración de un nuevo reglamento, la reclasificación y regularización de la jornada, así como un aumento de la plantilla, con apenas 300 efectivos, muy por debajo de ciudades como Sevilla o Zaragoza.
