Una vez analizadas las diferentes visiones que se han vertido a la opinión pública tras la reunión del pasado viernes sobre el conflicto del taxi, la asociación ciudadana sevillasemueve tacha de decepcionante la postura del Ayuntamiento, a quien acusa de desviar la atención sobre el histórico problema del monopolio en el aeropuerto y de defender la postura del sector más violento del taxi. De esta forma, se da por hecho que los interminables episodios de violencia y amenazas que se llevan sucediendo desde hace muchos años seguirán quedando impunes, sin que conste ninguna sanción, multa o retirada de licencia.
Por contra, la prioridad del delegado de Movilidad, Seguridad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, queda fijada una vez más en tratar de desincentivar la entrada de nuevos operadores del sector, a quienes trata de arrinconar instando a prestar el servicio “de forma discreta” y alejado de las zonas de mayor afluencia y, por ende, de mayor interés para los taxistas.
Y es que, como vienen haciendo las asociaciones mayoritarias del sector, el delegado no duda en considerar como desleal a la libre competencia ejercida por tales operadores a pesar de contar con sus propias licencias para ejercer legalmente el transporte de pasajeros y que, por supuesto, deben cumplir los extremos a los que les obliga la normativa vigente.
Igualmente, sevillasemueve se muestra preocupada por la incapacidad de Cabrera para mantener la seguridad en el sector, también responsabilidad de la delegación que él mismo dirige. El nuevo órdago lanzado por un sector del taxi durante las últimas horas apunta a la Semana Santa, también bajo la responsabilidad de Cabrera desde el prisma de la seguridad, asegurando el sector que habrá conflictos coincidiendo con esas fechas estratégicas para la ciudad si el Ayuntamiento no cede.
Sevillasemueve lamenta que Cabrera, responsable del Instituto del Taxi en 1999, siga negando la aplicación del turno rotatorio -avalado por el TSJA- para evitar que un pequeño grupo de personas controle el negocio en el aeropuerto, excluyendo al resto de profesionales. Para ello se excusa en que no todos los taxistas quieren trabajar allí, problema que, dialogando, podría solucionarse mediante turnos rotatorios entre los que libremente elijan poder hacerlo, pero teniendo claro que el fin último de este servicio público es precisamente garantizar ese servicio al ciudadano.
Costosas soluciones
Por contra, las soluciones propuestas por Cabrera para frenar el conflicto en el sector son la creación de unidades policiales específicas para el control de la actividad en el aeropuerto y Santa Justa, que serán soportadas por el bolsillo de los contribuyentes, y que no tienen garantía alguna de éxito como no la han tenido las actuaciones policiales en esta materia que han tenido lugar durante estos años. Todo un engaño.
Parte del gremio pide al Ayuntamiento la creación de una plataforma móvil municipal que permita a los usuarios solicitar un taxi, de forma similar a las aplicaciones ya existentes como MyTaxi y que podrían usar desde ya los taxistas que así lo deseen.
Recogida de firmas
Todos estos puntos quedan recogidos en un manifiesto publicado en el portal change.org el pasado jueves por sevillasemueve junto a la Asociación Iniciativa Sevilla Abierta y que hasta la fecha acumula centenares de apoyos y multitud de comentarios. En el manifiesto se exponen razonadamente los puntos que, en opinión de Sevillasemueve, deben seguirse para asegurar un servicio de taxi digno y adecuado para el ciudadano.
Cabe destacar también la casi unanimidad mostrada por la opinión pública, tanto en redes sociales como en intervenciones en los diversos medios de comunicación, en línea con lo que viene defendiendo Sevillasemueve y en contra de la gestión que está realizando Juan Carlos Cabrera en el asunto. Como responsable público, el delegado, o en su defecto, el alcalde, debe responder ante este manifiesto descontento.
Igualmente, Sevillasemueve reclama rotundidad a todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Sevilla, incluyendo al propio Gobierno municipal, instando a no mirar hacia otro lado, pues la inacción es el caldo de cultivo perfecto para los violentos, tal como se ha venido demostrando desde hace demasiados años.
