Desde el comienzo de la legislatura en Italia, en febrero de 2013, las escisiones y el transfuguismo han duplicado el número de partidos en el Parlamento, una auténtica sopa de letras en la que los electores y hasta los analistas se pierden.
De aquellas elecciones surgió un Parlamento compuesto por 10 partidos políticos de los que, en los últimos años, han ido emergido nuevas formaciones, pequeñas y con infinidad de siglas, de tal modo que los grupos parlamentarios actualmente ascienden a veinticinco.
El último nuevo partido es "Demócratas y Progresistas", formado por antiguos miembros del gubernamental Partido Demócrata (PD), la mayor formación socialdemócrata del país, y muy críticos con el ex primer ministro y ex secretario general Matteo Renzi.
El Instituto estadístico Openpolis asegura que en lo que va de legislatura son 310 los parlamentarios que han cambiado de chaqueta para formar un nuevo grupo o bien integrarse en otro ya existente, lo que representa un 32,74 % del total de "honorables".
En concreto, los senadores que han cambiado de grupo en al menos una ocasión son 131, el 40,94 % de toda la Cámara Alta, y los diputados "tránsfugas" ascienden a 179, el 28,41 % del total.
Se trata por ende de un Parlamento, el italiano, en constante movimiento, compuesto por veinticinco siglas entre las que los italianos e incluso los analistas se pierden.
El director de investigación del Instituto estadístico Ixè, Alex Buriani, reconoció a Efe que esta particularidad obliga a sus analistas a realizar miles de encuestas telefónicas cada semana para conocer la evolución de la opinión pública.
"De ese modo, todas las variaciones que intervienen en el escenario político, escisiones, nuevas listas, fusiones, tratamos de registrarlas en tiempo real", señaló el analista.
No obstante, en este escenario cambiante, subrayó que "el problema es que justamente los electores no son tan activos" a la hora de informarse y, por esa razón, "estos cambios, las novedades en la jungla de siglas, se entienden después de un tiempo".
Buriani consideró que "los italianos también se pierden" en esta situación pero apuntó que siempre cuentan con un punto de referencia: "los políticos son siempre los mismos", aseveró.
El politólogo Oreste Massari explicó a esta agencia que este escenario en el Parlamento se debe a que "en Italia el sistema de partidos continúa estando extremadamente desestructurado", se podría decir, a su juicio, que incluso "líquido".
"Es un problema que Italia arrastra desde los primeros años de la década de 1990, cuando colapsó el sistema político tradicional, fundado sobre partidos arraigados y estructurados", señaló.
En su opinión, desde entonces, en el panorama político solo han figurado "partidos personales", como la "Fuerza Italia" del magnate Silvio Berlusconi, y formaciones que "cambian continuamente de razón social, símbolo y denominación y sin un punto común" como el PD.
Massari, docente de la Universidad romana de La Sapienza, cree que otra razón por la que los partidos políticos se deshilachan es porque "falta un vínculo ideológico" y porque prevale "la personificación de la política".
"Los pequeños partidos son formaciones del jefe y los grandes una acumulación de grupos y corrientes dominadas igualmente por un jefe. En Italia rige la cultura del partido del líder y del Gobierno del líder, debilitando la estructura política", opinó el experto.
Como ejemplo de esta situación puso el caso del PD, del que Renzi ha dimitido como secretario general asediado por sus críticos y cuyas riendas aspira a volver a tomar en las primarias del 30 de abril con el objetivo de dar nuevamente el salto al Gobierno.
"El desencuentro interno y externo se ha producido en torno a su figura: Renzi si o Renzi no", apuntó.
Massari aseguró que este panorama de pequeños partidos, sin una ideología marcada y fundamentados en el líder afecta "obviamente en una modo muy negativo" al estado de salud de la democracia Italiana.
Sobre todo porque, en su opinión, favorece el avance de partidos con posiciones "antieuropeas" como el Movimiento Cinco Estrellas, en todos los sondeos primer partido de Italia, o los ultraderechistas Liga Norte o Hermanos de Italia.
Y porque "induce al abstencionismo y al voto protesta" de cara a unas nuevas elecciones, que se celebrarán como muy tarde en febrero de 2018, cuando expire la legislatura.