La plantilla de trabajadores del aeropuerto de la Base Naval de Rota y la empresa concesionaria del servicio, Louis Berger, no han alcanzado un acuerdo en el encuentro mantenido en el SERCLA ayer, por tanto se han agotado las vías para evitar el inicio de la huelga programada y que dará comienzo mañana.
Desde el Comité de Empresa ya anunciaban ayer a última hora que no había avenencia entre trabajadores y empresa, que según denunciaban, demandaba a la plantilla una bajada de sueldos de un 23% sin posibilidad de readmision de los trece trabajadores despedidos hasta el momento, indicando que era la única vía para no tener que despedir a más.
Algo que para el Comité de Empresa es imposible de aceptar, ya que entre sus reclamaciones no solo se encuentra la readmisión de los despedidos, sino que se retomen las negociaciones del convenio colectivo. En tanto en cuanto las posiciones son ahora mismo tan opuestas, el colectivo seguirá adelante con su intención de ir a la huelga, programando una serie de parones de cuatro horas en los turnos de mañana, tarde y noche, durante los días 29, 31 y 31 de marzo, 5, 6, 7 y 19, 20, 21, 26 27 y 28 de abril, en principio.
LBAS lamenta la posición del comité de empresa
Del otro lado, la empresa Louis Berger ha querido mostrar su posicionamiento ante la decisión tomada por el Comité, cuestionando directamente la eficacia de las prácticas de negociación "cuando han pasado seis meses sin ninguna contrapropuesta por parte del comité".
Y es que desde la empresa concesionaria aseguran que durante los últimos seis meses, el comité "ha rechazado" negociar las condiciones que "son necesarias para alinear el contrato de los trabajadores a la realidad del nuevo contrato suscrito con U.S. Navy, vigente desde agosto 2016".
LBAS lamenta que la posición del comité "sigue contradiciendo el compromiso adquirido en el SERCLA, a pesar de los esfuerzos de buena fe realizados por LBAS". Para la empresa, la contrapropuesta presentada por el comité es "inviable", ya que los trabajadores exigen que se readmita a los doce despedidos, lo cual, según LBAS, "incrementaría los sueldos a partir del 2018 sin tener en cuenta el alcance del nuevo contrato suscrito con la U.S. Navy".
La empresa considera que para que la negociación pueda tener éxito, el comité tiene que realizar concesiones que permitan mejorar la eficiencia, por eso consideran que las prácticas de negociación empleadas por el comité "dañan a todas las partes a largo plazo: a los trabajadores, a la empresa y a la U.S. Navy. Cuanto antes el comité regrese a la mesa de negociaciones, lo más pronto se alcanzará una resolución".
Inicialmente, la empresa ofreció una reducción de 15 empleados y una disminución de sueldos con el fin de minimizar la pérdida de empleos necesarios para cumplir con el alcance y los costes del nuevo contrato de la U.S.Navy. E insisten en que según un estudio independiente de eficiencia operativa realizado por la empresa Deloitte, LBAS puede satisfacer los requisitos del contrato del U.S. Navy de manera segura y eficiente con una reducción de plantilla de 45 trabajadores. "En lugar de incrementar el número de despidos, LBAS planteó la posibilidad de reducir los sueldos de los empleados que conforman la plantilla", indican en su comunicado, apuntillando además que con un salario medio anual de 31.165 euros, los empleados de LBAS "están entre los mejores pagados del sector en todo el país y ganan dos veces el salario medio roteño (15.418 euros)".
Como conclusión, y al considerar que el comité no ha ofrecido a la empresa una contraoferta viable, "LBAS no tiene otra opción que tomar una decisión con el fin de alinear la plantilla con el nuevo alcance del contrato. La empresa se verá abocada a continuar con las medidas de ajuste que permitan hacer viable económicamente el nuevo contrato". Por tanto, se avecinan nuevos despidos.