Vuelve el verano portuense y con él las consideradas “molestas” obras. En esta ocasión se trata de las obras de remodelación del entorno de Pozos Dulces para la construcción del aparcamiento subterráneo que irá en la zona.
Los portuenses no se cuestionan si las obras, que están a cargo de la empresa Firmes y Carreteras, se tienen o no que ejecutar en estos momentos, teniendo en cuenta que hace más de dos años que está prevista la ejecución de la misma, pero sí se preguntan si el equipo de Gobierno formado por PSOE e IU tenían que comenzar las obras en la época estival.
Las consecuencias de que estas obras se ejecuten en verano son varias y sobre todo los portuenses critican la poca idoneidad de la fecha escogida.
Por un lado, y como este medio ha publicado en varias ocasiones, los comercios de la zona no conciben que el verano se “nos estropee” por la construcción del subterráneo, “cuando ha sido el propio Ayuntamiento el que ha retrasado una cuestión tan básica como la licencia”. Y ahora consideran que “pagamos justos por pecadores”. Las consecuencias de las obras son “importantes”, porque las mayores ganancias de estos establecimientos llegan en verano. Se trata de una época que ayuda a los hosteleros a remontar las malas “rachas” o las épocas menos boyantes.
Los cambios de tráfico efectuados desde el pasado jueves en la zona de Pozos Dulces ha dejado encerrados a algunos establecimientos y otros los ha condenado a que la asistencia a los mismos sea muy complicada. “Los turistas no vienen si la entrada no se le facilita y si ven muchas vallas o complicaciones para entrar, no llegan a nuestros locales”, insisten en denunciar.
Por otro lado, si hay algún escollo en el transcurso de esta obra, aparte de los problemas que supone a los hosteleros, son los distintos problemas de tráfico que se acumulan.
En verano la zona de Pozos Dulces siempre ha estado colapsada debido, precisamente, a la dificultad de circular por esta zona, suponiendo “largas” colas de conductores intentando acceder al centro de la ciudad. Colas que se duplicaban los fines de semana.
En esta última semana, en que se han puesto en marcha los cambios en el tráfico de este entorno, estas colas de conductores y los embotellamientos se han multiplicado, una circunstancia que se ha ido agravando el fin de semana, algo que los hosteleros temen que se repita, ahora que ya ha comenzado el mes de agosto.
A lo largo de los primeros días de los cambios en el tráfico incluso estos han provocado que las retenciones se acumularan hasta la zona de la estación, provocando incomodidad en los usuarios de la carretera, que han tenido que soportar largas esperas para poder llegar a su destino.
Y el primer fin de semana ya pasado los “muchos” inconvenientes acumulados se han convertido en muchos más, debido a que el número de personas que querían acceder al centro era mayor.
El hecho de que los carriles hayan disminuido, desde la zona de la estación a Pozos Dulces, de dos (uno en el que pone dirección Cádiz y otro centro de la ciudad) a uno, complica también el acceso de los conductores al casco histórico o bien para ir en dirección a Valdelagrana.
Los vecinos del entorno tampoco están contentos, “porque los cambios en el tráfico, la nueva carretera, las vallas y los obreros, no nos facilitan la vida y menos en plenas vacaciones”.
Por otro lado, denuncian no solo las retenciones que están provocando estos trabajos. Además, estas obras han provocado que el Consistorio haya eliminado plazas de aparcamiento en pleno centro de la ciudad, que de por sí “ya está justito de aparcamiento y ahora van y nos roban espacio”, asegura un vecino, que no entiende aún “porqué estas obras se tienen que hacer en esta época, porque no hay meses peores para poner boca arriba todo el centro”, así como las vidas de los portuenses, que se vuelven a complicar.
Una semana de cambios en la zona
La Ribera del Río hasta la calle Chanca está cerrada al tráfico y éste se ha desviado por Espíritu Santo debido a los cambios efectuados en la glorieta de Pozos Dulces. Además, se ha habilitado una carretera paralela con un sentido para cada sentido.
No hay limpieza en José Antonio
El casco histórico no se encuentra en “buen” estado de conservación y la limpieza en la barriada de José Antonio aún es una asignatura pendiente, a pesar de la denuncia pública de los vecinos por la proliferación de roedores debido a la acumulación de basura
