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Arcos

La Romería de Arcos, un remanso de júbilo y devoción

Cientos de personas se han sumado a un encuentro que definitivamente ha despertado de su letargo de años, para situarse entre las primeras citas festivas

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  • Romería 2017. -

La del Santísimo Cristo de El Romeral ha sido este año una gran romería, gracias en gran medida al empuje social que va adquiriendo cada edición esta cita costumbrista en torno a la religión y a la convivencia en plena naturaleza. De hecho, la romería parece ganar adeptos, sobre todo en las carrozas y a lomos de un caballo. Según datos de la organización, tomaron parte 14 carretas, varias carriolas y dos carretas tiradas por mulas, así como cien jinetes aproximadamente.

La comitiva partió del recinto ferial a las ocho y algunos de los minutos de la mañana del domingo, para recorrer el bello paraje que une el lugar con la ermita de El Romeral, dejando tras de sí un reguero de alegría y cánticos. Ya en el santuario diocesano, romeros, feligreses y arcenses en general siguieron atentamente la eucaristía concelebrada por los sacerdotes Iván Carrera y Juan Manuel Sotelo. El último, que este año se ha despedido como párroco de María Auxiliadora para ser trasladado a la parroquia de Trebujena, aprovechó una vez más para despedirse de una feligresía a la que llevará en su corazón mucho tiempo y de la que atesora un hermoso recuerdo.
La solemne misa celebrada a la sombra de los pinos, contó con la participación del coro de la parroquia de María Auxiliadora. La entrañable Teresa Tamayo (Teresa López) se encargó de realizar una ofrenda al Cristo de El Romeral al ser una de las personas que más tiempo lleva visitando la ermita y participando de su vida religiosa.

Posteriormente, todos partieron al Pinar de la Plata para disfrutar de la convivencia en sí, de las buenas viandas, de las copas entre amigos y de las sevillanas que no faltaron.

En el pregón
Antes, la noche del sábado el conocido médico y exalcalde Juan Manuel Armario pronunció un emotivo pregón de las fiestas, presentado por el anterior pregonero y amigo de siempre, Cristóbal Andrades. Influenciado sin duda por su hijo José que ejerce de monaguillo en la ermita de El Romeral, Armario comenzó hablando de la historia de este santuario diocesano y de los misterios que lo rodean, para agradecer profundamente cómo de la mano de un grupo de amigos esta fiesta fue felizmente recuperada hace unos años.

El pregonero fue redescubriendo con profusión de datos los sentimientos y vivencia que ha experimentado en torno a la romería, que calificó como un día de júbilo, rezo y alegría. También habló del esfuerzo que supone para sus precursores y participantes poner en marcha tan amplio cortejo, pues desde semanas antes, incluso meses, numerosos arcenses comienzan a realizar los preparativos para el gran día. En esta nómina de esfuerzos, citó también al Ayuntamiento y a cuantos colectivos hacen posible la romería.

Casi finalizando su pregón, Juan Manuel Armario aludió a otra de sus advocaciones: la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, a cuya hermandad pertenece desde que era un niño y a la que profesa gran cariño y respeto.

El acto registró unas palabras del hermano mayor de la hermandad del Cristo de El Romeral, Manuel Carrera, así como la presencia de varios delegados municipales encabezados por su alcalde, Isidoro Gambín.

La anécdota de la velada fue que a la organización se le olvidó literalmente el regalo o los detalles previstos para el pregonero, que sin duda ha recibido estos días con gran emoción y agradecimiento. Todo quedó ahí, en una anécdota sin mayor trascendencia. Asimismo, hubo un reconocimiento al tamborilero de la hermandad, a Paco, de Puerto Serrano, que tanta alegría y tipismo aporta a la romería. Así se cerró una velada que contó con un bello escenario desde el que también se felicitó una vez más la obra pictórica de Mónica de la Rosa que ilustra este año el cartel de Romería. El recinto contó además con una barra para tomar un refrigerio en una noche muy agradable de temperaturas que casi barruntaban la inminente Feria de San Miguel.

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