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San Fernando

Los separatistas catalanes o los "aprendices de brujo insolidarios"

El ALFLOT agradece la labor de Guardia Civil y Policía Nacional en Cataluña contra las "pasiones que nos retrotraen a los peores momentos de nuestra historia".

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Juan Rodríguez Garat, el Almirante de la Flota, difícilmente decepciona cuando interviene en un acto y no lo ha hecho este 6 de enero en el Salón del Trono del palacio de la Capitanía General de San Fernando en el discurso anual que el máximo representantes de las Fuerzas Armadas en la zona pronuncia en nombre del Rey.

No han faltado las menciones tan obligadas como justas a la labor de las diferentes unidades desplazadas en zonas de conflictos o como salvaguarda de la integrida física y moral de sociedades de países remotos que sufren las consecuencias de guerras civiles e inciviles.

No han faltado las menciones a la labor que se desarrolla contra el terrorismo islámico en terreno hostil, ni ha faltado al agradecimiento a los militares que con muchas acciones a sus espaldas han pasado a la reserva.

Pero tampoco ha faltado el reconocimiento y el agradecimiento expreso a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, la Policía Nacional y la Guardia Civil, que han salvaguardado la legalidad y la seguridad en el principal foco de conflicto nacional, el más grave conocido en España, donde los separatistas han intentado romper las pautas de las que se dotó la sociedad española.

Rodríguez Garat ha agradecido expresamente su esfuezo a los guardias civiles y policías nacionales que, hasta hace pocas fechas, desplegaron en Cataluña “al servicio de la Ley y de la convivencia, que dejaron sus hogares y sus familias para hacer frente a pasiones que creíamos superadas, despertadas por aprendices de brujo insolidarios; a unas pasiones que nos retrotraen a los peores momentos de nuestra historia, que se nutren de la división y que se refuerzan con el enfrentamiento”.

“Con abnegación y disciplina, guardias civiles y policías nacionales han contribuido a que, en las calles de Cataluña, también se sienta la huella de esa España moderna, atractiva e ilusionante que describe Su Majestad el Rey en el mensaje de Navidad; una huella plural y diversa pero integradora porque es la huella de todos”, siguió diciendo.

El Almirante de la Flota aseguróque es una “huella de todos”, por lo que hizo público el agradecimiento a los españoles por su respaldo. “Españoles representados en este salón de actos por las autoridades institucionales y en la calle por los vecinos de San Fernando que hoy nos acompañan. Y es muy importante que estéis aquí, que sigáis estando con nosotros, porque es de vosotros de quienes recibimos la inspiración; porque sois vosotros quienes aportáis criterio y legitimidad a nuestros actos y porque es con vosotros con quienes suscribimos el compromiso de alcanzar la excelencia al servicio de España”.

Rodríguez Garat comenzó hablando de un año que “el Rey, en su mensaje de Navidad, ha calificado como difícil” y que  “tiene sus luces y sus sombras. Sombras oscuras que demuestran que, a pesar del constatable progreso de la humanidad, a los seres humanos nos queda un largo camino que recorrer para superar nuestros demonios”.

El Alflot aseguró que las Fuerzas Armadas “somos instrumento de España, una España que no puede permanecer impasible ante el terrorismo que, concebido y fomentado desde muy lejos de nuestras fronteras, ensangrienta nuestras calles”.

Mencionó entonces la contribución española a la derrota militar del DAESH en Irak, “derrota en la que España tenía que estar presente porque, cuando desde un autodenominado estado se fomenta la esclavitud, se tolera el maltrato a la mujer y se exporta un terrorismo que amenaza a todos, no sería ético esperar que nos defienda otro”.

También defendió que España no puede permanecer impasible “ante la crueldad y el sufrimiento, ante la amenaza o la coacción. Ante estas lacras de la humanidad, tan vivas todavía en tantos rincones del globo, solo nos cabe perseverar, seguir haciendo historia”.

Buques y aviones españoles continúan, un año más, combatiendo la piratería en el Océano índico, contribuyendo a la seguridad de nuestras comunicaciones marítimas y a la protección de nuestros compañeros, profesionales de la mar, y colaborando para crear las condiciones que necesita Somalia para crear un Estado viable.

Para evitar que se llegue a una situación parecida al otro lado del continente africano, buques españoles despliegan frecuentemente en el Golfo de Guinea, apoyando a las naciones ribereñas en el refuerzo de las estructuras de seguridad.

Buques y aviones españoles continúan luchando contra las mafias de inmigración ilegal en el Norte de África, al tiempo que recogen de la mar a miles de desventurados, hombres, mujeres y niños, para salvarlos de una muerte cruel, a pocas millas de nuestra Europa.

Y buques españoles, aviones españoles y soldados españoles, desplegados en los confines de la Alianza Atlántica, desde el Báltico a Turquía, “demuestran nuestro compromiso con la seguridad colectiva, contribuyendo así a preservar nuestra sociedad, amante de la paz, en un mundo complejo, muchas de cuyas regiones están todavía en conflicto”.

Ente los contingentes que prestan servicios fuera de las fronteras españolas, el  Alflot mencionó a los soldados españoles que mantienen la paz en el Líbano, donde España lidera la brigada multinacional que supervisa el cese de hostilidades.

También los buques, aviones, soldados e infantes de marina españoles apoyan a las Fuerzas Armadas de Afganistán, Mali, Gabón, Senegal, Cabo Verde y algunos de los países del Norte de África, para conseguir que alcancen las capacidades necesarias para garantizar su propia seguridad en sus respectivos entornos regionales.

Y en el terreno científico, Rodríguez Garat mencionó a  buques españoles y sus dotaciones que llevan a cabo investigaciones científicas, protegen los recursos pesqueros, apoyan a la industria o llevan nuestra bandera a lugares donde conviene a la diplomacia española.

También en España, buques, aviones y soldados españoles trabajan cada día para garantizar la seguridad de nuestros mares y de nuestros montes, de nuestros recursos y de nuestras infraestructuras críticas, en íntima colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

“Todos los militares que han participado en estas operaciones han contribuido a dejar, con sus botas, con su sudor y a veces con su sangre, la huella de España en el mundo, una huella de solidaridad y de progreso de la que podemos estar orgullosos”, dijo el Alflot.

Ese orgullo se traslada también “al trabajo que nuestra gente invierte en la preparación de la Fuerza para cada despliegue, en la formación de las personas, en su moral, en su adiestramiento y en el sostenimiento de los equipos, ya que sobre el esfuerzo de todos ellos descansa el éxito de las operaciones”.

La Pascua Militar
La Pascua Militar es una ceremonia que tiene su origen el 1782, cuando, reinando Carlos 111, las tropas franco españolas rindieron el fuerte de San Felipe que defendía Mahón, en la isla de Menorca. Dicha capitulación permitió la recuperación de la soberanía española sobre la isla que, desde el Tratado de Utrecht, había quedado en manos británicas al igual que Gibraltar.

La campaña para recuperar la isla de Menorca se inició el 23 de julio de 1781, cuando una escuadra de 70 buques de transporte con 8.000 soldados a bordo, escoltados por varias unidades, y al amparo de la Escuadra del Almirante Luis de Córdoba, salió de Cádiz con rumbo al Estrecho.
Al mando de la fuerza de desembarco iba el duque de Crillon, el cual atacó Mahón el día 19 agosto al mando de sus tropas. Dicha ciudad estaba defendida por el fuerte de San Felipe.

La plaza y el fuerte fueron cañoneados por los navíos y fragatas de la escolta, mientras la infantería desembarcaba en la Cala Mezquita. Los ingleses se replegaron al fuerte, totalmente desprevenidos, abandonando sus posiciones. Ciudadela y Fornels se ocuparon con escasa resistencia.
En Mahón, los barcos de escolta forzaron la entrada al puerto y apresaron 3 fragatas y 6 embarcaciones menores que estaban refugiadas al abrigo del fuerte de San Felipe, donde 600 marineros y 2.000 soldados ingleses estaban atrincherados.

Finalmente se rindieron el 4 de febrero de 1782, tras tenaz y valerosa resistencia. Ese mismo día, la guarnición inglesa, compuesta por los Regimientos Británicos 51 y 61, tropa y marinería de la Royal Navy, así como los Regimientos de la Liga de Hannover "Príncipe Ernst" y "Goldacker" al mando del General James Morrison, abandonó sus posiciones.

Desde entonces, se instauró la fecha del 6 de enero como día para la celebración de la Pascua Militar. Este acto consiste en una recepción presidida por la máxima autoridad institucional militar en los respectivos ámbitos territoriales, de acuerdo con el Real Decreto 913/2002 de 6 de septiembre.En el Real Decreto antes mencionado se establece que el Almirante de la Flota ostentará la representación institucional de la Fuerzas Armadas, en el territorio abarcado por las provincias de Almería, Cádiz, Granada, Huelva y Málaga.


Almirante Juan Rodríguez Garat
El almirante Rodríguez ingresó en la Armada en 1974. En 1979, con el empleo de Alférez de Navío, embarcó en la Corbeta "Infanta Elena", primero de sus 12 destinos a flote.

Desde entonces ha permanecido embarcado durante 24 años, de entre los que cabe destacar sus ocho Mandos de mar: Patrullero "Alsedo", Corbeta "Diana", Fragata "Álvaro de Bazán", 31a Escuadrilla de Escoltas, Grupo Permanente N°1 de la OTAN (SNMG-1), Grupo de Proyección de la Flota, Fuerza de la Unión Europea en la Operación "Atalanta" y Cuartel General Marítimo Español de Alta Disponibilidad (SPMARFOR).

En tierra, el Almirante Rodríguez fue profesor de organización en la Escuela de Guerra Naval y ocupó diversos puestos en el Estado Mayor de la Flota y Estado Mayor de la Armada. Su anterior destino fue el de Almirante Jefe de Personal.

Es especialista en comunicaciones y Diplomado de Estado Mayor en el Reino Unido, donde cursó con distinción un Master en Estudios de Defensa por la Universidad de Londres. Posee la Gran Cruz del Mérito Naval, de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y de la Guardia Civil, además de otras once condecoraciones militares nacionales y extranjeras.

Tomó posesión como Almirante de la Flota el 10 octubre de 2016 y es a su vez el Comandante del Mando de Vigilancia.y Seguridad Marítima, dirigiendo, a las órdenes del Jefe de Estado Mayor de la Defensa, aquellas operaciones navales que se determinen.

 

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