Fernando Ruiz Hierro (Vélez Málaga, 1968) asume con generosidad el desafío de dirigir a España en el Mundial de Rusia. Un marrón, en la jerga del fútbol de la calle, pero que Hierro lidera con valentía y jerarquía como siempre en su vida.
Él era hasta hoy director deportivo. Hay gente que preguntaba a menudo, ¿Para qué sirve un director deportivo?. Pues ya lo saben. Entre otros asuntos, para ejercer de estadista, de 'hombre de Estado' futbolístico, que aglutine voluntades en tiempos de tormenta. La Federación, el país, necesitaba un desfibrilador.
Lo fácil para Hierro habría sido quitarse de en medio. Nunca fue cobarde y la selección española necesitaba levantarse de la cirugía mayor a la que ha sido sometido en las últimas horas tras la destitución de Julen Lopetegui.
El fútbol debe contar siempre en sus estructuras altura de miras, pensar en grande y España va a tener la suerte de contar con Hierro en esta crisis deportiva que azota a la selección en vísperas de debutar frente a Portugal en Sochi.
El resultado luego podrá ser bueno o malo. Pero lo que sí es cristalino es que Luis Rubiales ha podido encontrar en Hierro un bombero de lujo dispuesto a apagar un fuego inesperado.
Hierro conoce al equipo, a todas sus generaciones. A los más veteranos, a Ramos y a Piqué, que serán claves en el devenir del vestuario, y a los más jóvenes a los que Hierro ha ido examinando desde que tienen 15 años en Las Rozas.
El nuevo seleccionador conoce los 360 grados de la selección. Ha sido jugador de reparto, capitán, ejecutivo y con la inteligencia emocional suficiente como para sacar la nave adelante. Fernando Hierro es cien por cien selección.
Fernando Hierro es un líder. Su liderazgo lo pone al servicio del equipo nacional. De entrada, con una charla inolvidable a los empleados de la Federación. Ahí, también es un experto. En motivación, un número uno. Lo pudieron comprobar hace unos meses los alumnos del Máster Executive de Garrigues. Hierro habla con determinación. "Tenemos una gran oportunidad". Ese fue su mensaje. Rotundo. Con fuerza. Le acompañarán sus hombres de confianza, Julián Calero y Juan Carlos Martínez.
Para Hierro, el dinero no es importante. Se quitó el traje, se puso el chándal y a trabajar hoy en Krasnodar. Este miércoles hizo un ejercicio de responsabilidad. Aceptando un reto, dando un paso adelante. Hoy su padre, Don Antonio Ruiz, que tanto disfrutó en el Mundial de EEUU'94 viendo a su hijo, estaría orgulloso de la decisión de Fernando.
Afortunadamente, España cuenta con tipos con códigos morales, con pasión y ardor guerrero para levantar a una tropa, que se pone ya a disposición del seleccionador. Energía positiva. Insiste Hierro.