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San Fernando

La bajada de la bola del Observatorio se escucha por martinete

Radio La Isla recupera una letra que hace mención a la señal horaria y a la complicidad que existía entre el centro científico y la gente de a pie.

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Hay una letrilla sobre la bola del Real Observatorio de la Armada (ROA) de San Fernando que demuestra la complicidad entre un edificio científico de primer orden y la gente de a pie de la Real Isla de León.

Se dice que se cantaba por martinetes y el cantaor isleño Jesús Castilla lo ha interpretado por ese palo en una versión personal, habida cuenta de que no hay constancia sonora para ejecutarlo de forma más fidedigna de lo que marca el martinete en sí.

 Pero es posible que como muchas letras de flamenco o del folklore haya llegado a otros palos del cante o a coplas populares. Es posible y deseable porque en el caso de que sólo se cantara por martinete, la dificultad de la ejecución la limitaría a pocas personas. Y ya no sería popular.


Radio La Isla lo estrenó esta semana pasada, precisamente un 26 de junio, cuando se cumplían 221 años desde que finalizaron las obras del Real Observatorio en la misma fecha de 1797, aunque el comienzo de la actividad tras el traslado desde Cádiz fuera un año más tarde.

La recuperación de esa letra -”Ya bajo la bola/ ya llegó la hora/ que la capataza/ eche el arroz en la olla”- y su ejecución por Jesús Castilla es un buen homenaje a la Institución científica por parte de un pueblo para el que la bola del Observatorio era lo más parecido al reloj de pulsera de ahora o al reloj de cadena de entonces.

Cuando no había tantos relojes de mano sólo estaban el sol y la bola del Observatorio que se bajaba y se sigue bajando a la una en punto de la tarde. Justo cuando desde el día 26 de este mes la emite Radio La Isla con el sonido del carrillón del reloj del ROA. Y ya para siempre.

Cumpleaños del ROA

El director del Observatorio, Francisco Javier Galindo,  hacía mención a ese cumpleaños en una entrevista grabada para Radio La Isla y Ondaluz y también a la famosa bola, que aunque desde lejos se pueda ver como un movimiento sencillo y elegante, lleva detrás un procedimiento tan riguroso como todos los que se aplican en el centro científico.

“La bola era la manera de decirles a los buques que estaban cerca de la Bahía de Cádiz que era la una de la tarde. Lo habitual era que a esa hora, todo el personal de los puentes de los buques estaban pendientes de ver exactamente en qué momento bajaba la bola para poner en hora su reloj”.

A nadie se le escapa la importancia de llevar un reloj a bordo de un buque porque mide cuánto ha girado al tierra alrededor de su eje y obviamente, en función de ese giro se verá un cielo diferente que marcará la hora cuando no existe más referencia que las estrellas. Y al decir la hora se dice también la rotación de la tierra y la situación del barco.    

Durante algún tiempo dejó de usarse porque ya no hacía falta en los buques, pero a finales de siglo fue recuperada  con las mismas características que tenía, aunque ahora funciona de forma totalmente automatizada.

“La subida de la bola está sincronizada con el Patrón Nacional  lo que pasa es que se hace automáticamente, pero la bajada es exactamente cuando se cumple la una de la tarde hora local”.

Más de 9.000 visitas en 2017

Más de 9.000 personas visitaron el Real Observatorio de la Armada el año pasado, convirtiéndose en el activo turístico más importante de la ciudad gracias a la política de la Marina de abrir las puertas a un patrimonio que entiende es de todos los ciudadanos. Todo ello a pesar de que se trata de visitas guiadas y restringidas, por la propia naturaleza del centro que es, ante todo, un lugar de trabajo.

A ello se ha unido la apertura de Torre Alta, que ofrece panorámicas espectaculares de la Bahía. Mientras, el ROA sigue su camino de excelencia buscando una precisión en la medida del tiempo cada vez más exigente.

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