Estas 11.300 hectáreas de arbolado y pastizal quemadas hasta final de agosto apuntan a que 2009 puede ser uno de los peores años en cuanto a incendios forestales de la última década y superar las 11.526,2 hectáreas calcinadas en 2005, el peor año del decenio excepto 2004, ejercicio en el que un solo incendio quemó durante varios días más de 30.000 hectáreas en las provincias de Huelva y de Sevilla.
Este devastador siniestro forestal, considerado el más grave de las últimas décadas en Andalucía según las estadísticas de la Consejería de Medio Ambiente cotejadas por la Agencia EFE se cobró, además, la vida de un matrimonio que no pudo escapar de las llamas.
Las 11.300 hectáreas quemadas en lo que va de año en la comunidad autónoma contrastan con las apenas 2.250 que ardieron en Andalucía el pasado año, el mejor ejercicio en cuanto a fuegos forestales desde 1996, cuando la superficie quemada por los siniestros forestales en la comunidad autónoma no alcanzó siquiera el millar de hectáreas.
La superficie forestal quemada este año en Andalucía supera ya ampliamente la media de la última década, que se sitúa en unas 7.300 hectáreas.
Además de la importancia cuantitativa de esta superficie forestal quemada también destaca este año la pérdida de espacios de gran valor medioambiental, en especial la Sierra de Cabrera (Almería), donde dos incendios consecutivos han asolado más de 7.000 hectáreas de un gran valor ecológico.
La Sierra de Cabrera, declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC), está considerada como una de las reservas naturales más importantes de Andalucía porque alberga especies en peligro de extinción, como la tortuga mora o aves esteparias, como el alcaraván o el chotacabras y, además, era uno de los espacios de mayor valor botánico de España al contar con más de mil especies vegetales diferentes, algunas de ellas, endémicas (únicas en el mundo).
